OPINION

Aznar: de presidente admirado a ser tratado como el personaje de 'El guateque'

el guateque
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Milagro económico español, spanien wunderwirtschaft, miracolo spagnolo, le miracle espagnol...

La prensa europea chorreaba elogios a finales de los años 90, cuando José María Aznar y su equipo metieron a España en el dream team del euro, rebajaron el déficit y la inflación, impulsaron la economía y bajaron la deuda pública. Ni los alemanes lo habían conseguido.

Las hipotecas estaban casi regaladas. Los costes del agua, luz, teléfono y gas se reducían de mes en mes. Hasta los notarios tuvieron que bajar sus tarifas y los medicamentos bajaron de precio porque el PP rompió el monopolio de las farmacias.

El empleo estallaba por doquier. Había una oleada de optimismo tan grande que los empresarios contrataban con chequera en mano, y el paro se reducía con una velocidad de vértigo.

El PP tuvo tanto éxito que en las elecciones de 2000 arrasó con una mayoría absoluta sin precedentes. La gente joven quería ser del PP. Todo lo que se relacionase con el Partido Socialista era como decir corrupción, atraso y mala gestión económica.

Aznar era un presidente admirado dentro y fuera del país.

Pero ya saben: las mujeres enloquecen por amor, y los hombres por el poder. Con tanto poder como una mayoría absoluta, Aznar decidió que merecía mucho más. Se alió con George W. Bush y se involucró en la Segunda Guerra del Golfo. Los españoles se preguntaban qué pintábamos allí, y hasta el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, le dijo a su amigo José María que no estaba de acuerdo con esa guerra.

La jugada de Aznar consistía en hacer valer a España a escala internacional. Que se le tomase más en cuenta. Que Estados Unidos nos viera como unos aliados serios. Y quien se arrima a EEUU...

Y desde el punto de vista económico, debió para a tiempo la burbuja inmobiliaria. Comenzó en su etapa, cuando la liberalización del suelo provocó el efecto contrario al esperado.

Pero fue tras los atentados del 11M de 2004, cuando  la imagen de Aznar se hundió. Desde entonces, Aznar se convirtió para el partido en ese personaje patoso de la película 'El Guateque' protagonizada por Peter Sellers. Vagando por aquí y por allá, y diciendo cosas tan raras que hasta en su partido se apartaban de él.

En una ocasión se burló de las campañas de la DGT sobre la prevención de tomar vino. En otras comentaba que no entendía por qué Occidente había dejado caer a Gadafi, algo que provocó las risas de muchos y que ahora callan porque en Libia están peor.

Desde que dejó la presidencia del partido en 2003, sus críticas hacia los nuevos dirigentes del PP han ido en aumento. La última: criticar al actual gobierno y su postura sobre Cataluña, por "asumir el relato de sus adversarios". Para Aznar, no hay que dar ningún paso atrás ni en política nacional con Cataluña, ni en política internacional con Cuba.

Todas esas posturas han chocado con los actuales dirigentes del PP, que se apartan o se burlan de él incluso en actos oficiales. Aznar se siente despreciado y ha renunciado a la presidencia de la Faes, la institución que era como el gran cerebro de ideas del PP.

Dentro de poco, los jóvenes del PP no sabrán mucho quién era ese señor. Pero ese señor logró reconstruir el Partido Popular, cuando aquello era un nido de víboras en los años 90. Y logró uno de los cambios económicos más importantes de los últimos 20 años en España.

Con sus aciertos y sus errores, fue Aznar.

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