OPINION

Artur Mas quería sentarse en el banquillo como Mandela, no como Al Capone

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Lo que más anhelaba Artur Mas, ex presidente de la Generalitat de Cataluña, era ser juzgado por haber convocado y organizado el referéndum ilegal independentista de noviembre de 2014. Una gozada. Víctima de la incomprensión de Madrid, héroe del independentismo, un Nelson Mandela herido por las flechas de la injusticia, un Gandhi asediado por el Estado, un Martin Luther King acosado por el odio...

Artur Mas se imaginaba entrando en prisión en medio de una masa de partidarios que clamarían libertad para su mártir. ¡Libertad para Artur!

¿Se puede llegar a mayor éxtasis?

Pero no va a ser así. Por las declaraciones que están haciendo en estos días los responsables del Palau de la Música, el destino quizás le tiene reservado otra cosa a Mas.

Félix Millet y Jordi Montull, números 1 y 2 del Palau de la Música, gestionaban aparentemente una Fundación. Pero las donaciones que llegaban de las empresas, en realidad eran el pago de comisiones.

Es decir, si una empresa quería que le adjudicaran una obra en Cataluña, tenía que 'pasar por el aro'. Pagar un 3% de comisiones al partido gobernante, a CDC, y hacerlo a través de la Fundación del Palau de la Música.

Hasta el 4% de comisión, denunciaron Millet y Montull,, porque CDC "quería más".

Todas estas declaraciones apuntan a la cúpula de CDC, en la cual estaba Artur Mas y a sus tesoreros. Quienes le están señalando no son políticos de Madrid. Son personas de su confianza, que también robaron dinero del Palau –lo saquearon–, aprovechando que pasaba tanto dinero por allí.

Mas se defiende diciendo que él no se dedicaba al día a día, sino a las elecciones. Claro: lo que pasa es que las denuncias sobre los manejos en el Palau datan de 2002. La Hacienda catalana lo sabía. Artur Mas fue consejero de Hacienda y luego consejero primero de la Generalitat, entre 1997 y 2003. El desfalcó se realizó cuando Mas ocupaba cargos muy altos. ¿Nunca se enteró?

De modo que Mas podría volver a sentarse en el banquillo por algo menos 'glorioso' que convocar un referéndum: será por supuesta corrupción. Algo parecido a Al Capone, a quien pillaron al final por su contabilidad sospechosa.

Esto está poniendo nerviosos a sus socios de Junts pel Sí, la coalición de partidos independentistas que gobierna ahora en Cataluña, y que  tiene la mayoría en el parlamento con el apoyo de la CUP.

¿Qué harán estos socios?

Temo que no podrán impedir que Mas comparezca ante los tribunales. Con las pruebas que están saliendo, le llamarán tarde o temprano.

No será tan bonito como la otra vez. Cuando acudió al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, miles de personas le ovacionaban en la calle. Claro, era por el referéndum.

No me imagino a miles de personas jaleándole por ser investigado de cobrar supuestamente un 4% a las empresas para financiar el partido. Eso se llama corrupción.

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