Un libro que me encantó leer hace poco se titula "The storytelling animal (El animal contador de historias, aunque no hay traducción española). El autor, Jonathan Gottschall, dice que los seres humanos nos inventamos historias porque así, con esas mentiras, sobrevivimos más contentos.
El storytelling de Artur Mas consiste creerse que merece un apartado en la Wikipedia de los héroes. Le encanta mencionar la palabra 'democracia', le fascina hacer performances junto a urnas; se siente una víctima del estado centralista que oprime Cataluña.
Y tras la sentencia que le condena a dos años de inhabilitación por celebrar un referéndum ilegal en noviembre de 2014, dijo ante las cámaras: "Lo volvería a hacer".
Y en ese momento me vino a la cabeza una pregunta. Volver a hacer, ¿qué? ¿Montar un tinglado para cobrar el 3% de comisión a los empresarios a cambio de darles obras públicas? ¿Callarse cuando se sabía que su partido, CDC, estaba obteniendo financiación ilegal extorsionando a los empresarios? ¿Mirar para otro lado para no ver las pruebas y los testimonios de la corrupción?
Es lo que ha hecho. Borrar esa parte de su historia, y promover otra. Se ha montado su propio storytelling. Le gusta sonreír atender a las preguntas de los periodistas en catalán, en español, en francés y en inglés para hablar de su drama personal. Es un mártir.
Pero me hubiera gustado estar en esa rueda de prensa para preguntar sobre las emisiones ilegales. ¿Cómo se dice cobrar mordidas en esos idiomas?
Se lo digo: en inglés se dice kickback payments; en francés, commissions illicites; en español, mordidas; y en catalán 'comissions il· legals'.
¿Le gustaría hacerse fotos junto a sobres gigantescos en lugar de urnas?
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios