OPINION

La verdad que hay detrás de los últimos escándalos políticos en Venezuela

rossneft
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El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha dado marcha atrás. Le había arrebatado sus poderes a la Asamblea nacional (un golpe de estado judicial se le llegó a llamar), pero ante la presión nacional e internacional, ha decidido devolver a la Asamblea el poder soberano que le quitó.

Voy a intentar  explicar lo que ha pasado desde el principio.

Cuando se formó la nueva Asamblea nacional en diciembre de 2015, los chavistas perdieron el poder legislativo. Les quedaba el Ejecutivo, ya que al presidente lo elige el pueblo, no como en España, que lo elige el Congreso. Para controlar al Judicial (y tener dos de los tres poderes), Maduro adelantó un cambio de jueces a última hora y obtuvo así el control del Supremo.

La primera medida del nuevo Tribunal Supremo en diciembre de 2015 fue aceptar una queja por la cual quedaban suspendidos tres nuevos diputados. La razón, la imaginan: irregularidades en el recuento de votos, bla, bla, bla... Con ello, quitaba a la Asamblea la mayoría parlamentaria para aprobar importantes medidas.

La Asamblea se reunió y dijo que el Supremo no podía hacer nada porque a los diputados los elige el pueblo, no el Supremo. Desde entonces, el Tribunal Supremo de Venezuela, por orden de Maduro, ha ido tumbando todas las iniciativas de la Asamblea. Maduro se ha burlado de la Asamblea, ha dicho que no la reconoce, no le presenta las cuentas, la ignora, la insulta y hasta no les paga los salarios.

Pero sucedió algo recientemente. Dado que Venezuela se ha quedado sin dinero, Maduro quiere formar empresas mixtas con China y Rusia para operar el petróleo, concretamente con la rusa Rossneft.

Pero para operar empresas petrolíferas mixtas del estado, se necesita el permiso de la Asamblea . Como la Asamblea no se lo iba a permitir a Maduro, entonces el presidente presionó al Supremo para suspender a la Asamblea, y arrebatarle el poder, basándose en la idea de que estaba en desacato. Una argucia más. (vean aquí la resolución del TSJ).

Pero la furia nacional e internacional ha sido tan fuerte, que Maduro ha tenido que dar marcha atrás. Bueno, el Tribunal ha dado marcha atrás, que es lo mismo.

Pero el problema sigue ahí. Maduro no puede obtener dinero con la creación de empresas petrolíferas mixtas con Rusia o China, que también son sus principales prestamistas.

Maduro necesita dinero urgentemente. Tiene que devolver créditos en abril: 3.600 millones de dólares.

Si no los paga, el escaso crédito de Venezuela se disolverá. Su modelo se seguirá cayendo a pedazos. La situación interna empeorará. Pero él no renunciará. Sus planes de destrucción continúan porque él cree que hay que destruir a la oposición. Ha dicho varias veces que no entregará el poder.

Ahora solo falta saber qué idea infernal se le ocurre para seguir destruyendo a Venezuela.

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