OPINION

Ciber-ataque mundial: la tecnología y la globalización revelan su peor cara

Captura de pantalla 2017-05-12 a las 23.22.57
Captura de pantalla 2017-05-12 a las 23.22.57

Los guionistas de Hollywood no bromeaban cuando escribían historias de un ciber-ataque mundial que paraliza el planeta. Hace pocas horas ha tenido lugar un ataque a ordenadores de muchas partes del planeta que nos ha dejado perplejos.

Perplejos porque nos sentimos vulnerables aunque estemos en el sofá de casa o en el trabajo. Un virus ha bloqueado muchos ordenadores, pidiendo incluso  un rescate por liberarlos. Y para colmo de la técnica, no piden un rescate en dinero sino en dinero virtual: en bitcoins.

Voy a ponerles un párrafo de El País en el cual un experto explicaba el suceso:"Uno de los vectores de infección parece ser un exploit que consigue la ejecución de código remota en sistemas Windows. Este exploit (llamado EternalBlue) se hizo público como parte de uno de las filtraciones de Shadowbrokers. Se recomienda aplicar todas las actualizaciones publicadas por Microsoft para parchear esta vulnerabilidad".

No entiendo nada. Supongo que ustedes tampoco.

Eso refleja la complejidad en la que estamos viviendo. El mal es tan serio que uno de los negocios más crecientes de las firmas consultoras es poner a disposición de las empresas una tecnología que las defienda de eso ataques. Les venden ciberseguridad.

Y por supuesto, uno de lo trabajos con más salida es ser informático experto en esas cosas. Ganan lo que quieran.

La tecnología nos ha empujado a mejorar nuestro nivel de vida y hacerla más cómoda. La globalización nos permite sacar dinero de cualquier cajero del planeta, o conectarnos en una red wifi de Egipto y enviar mensajes a Bilbao.

Pero la combinación de ambas cosas también puede suponer el mismo mal que el que traía la peste negra en la Edad Media: salta de un lugar a otro con enorme rapidez, y nos golpea. Nos mata tecnológicamente hablando.

Los ordenadores son una extensión más de nuestro cuerpo. Cuando se infectan, los anula. Nos anula. Y lo peor es que las oleadas que vienen pueden ser aún peores.

(La imagen de arriba es un pantallazo sacado de Norse, una web que registra lo ataques mundiales en tiempo real).

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