OPINION

Atentados, estadísticas y refugiados: el comprensible error de las comparaciones

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Cuando se habla de los atentados islamistas, siempre aparecen estadísticas para relativizar su impacto. Una de ellas, por ejemplo, la daba un medio norteamericano para decir que en EEUU muere más gente por armas de fuego, que por atentados islamistas. Otra la daba un medio español para afirmar que muere más gente en las carreteras españolas que en atentados islamistas.

Y también se compara la aparentemente excesiva cobertura de los atentados islamistas, con la cobertura y la preocupación que producen los naufragios y los ahogamientos de refugiados en el Mediterráneo. En los últimos casos hay muchas más víctimas, pero algunos se quejan de que los medios no les prestamos la misma atención.

Las comparaciones son bastante elocuentes, pero creo que yerran al poner dos cosas diferentes en la misma cesta.

Por ejemplo, ¿por qué produce tanto terror un atentado islamista? Porque cuando uno va a un concierto, por ejemplo, calcula que las posibilidades de morir despedazado por una bomba son infinitesimales.

En cambio, cualquier persona sabe que en un trayecto en coche tiene más posibilidades de sufrir un accidente, porque a todos nos ha pasado, o hemos sido testigos de tales accidentes.

Lo mismo pasa cuando se comparan el interés en atentados islamistas con el menor interés por los refugiados. Para empezar, no creo que exista desinterés de los medios por los refugiados. Cuando hay una tragedia en el Mediterráneo o en Siria, ocupa las principales páginas. Si su impacto emocional es menor, es porque el espectador o el lector sienten que eso le es más lejano, mientras que un atentado terrorista  islamista le puede golpear a él.

No solemos coger todos los días una patera para cruzar el Mediterráneo.

Es decir, es incorrecto comparar muertes por atentados, a muertes por cruzar el Mediterráneo, muertes por carretera o por armas de fuego en EEUU. Moralmente, son iguales. Pero emocionalmente, el primero golpea más a los espectadores porque despiertan su terror: puedes morir en cualquier sitio, en cualquier momento y con unos métodos muy sencillos de fabricar.

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