OPINION

Venezuela, cada vez más cerca de estallar: ¿qué va a hacer Estados Unidos?

Venezuela's President Nicolas Maduro attends the final campaign rally with pro-government candidates for the upcoming parliamentary elections, in Caracas
Venezuela's President Nicolas Maduro attends the final campaign rally with pro-government candidates for the upcoming parliamentary elections, in Caracas
Venezuela's President Nicolas Maduro attends the final campaign rally with pro-government candidates for the upcoming parliamentary elections, in Caracas December 3, 2015. Venezuela will hold parliamentary elections on December 6. REUTERS/Carlos Garcia Ra

En marzo de 2015, cuando aún era presidente, Obama dijo que Venezuela representaban una amenaza para la seguridad nacional de EEUU. Estas declaraciones fueron vistas por muchos venezolanos con enorme esperanza, pues hasta llegaron a imaginar que escondían el deseo de una invasión para acabar con el mandato de Maduro.

Desde entonces, es una obsesión permanente, tanto de los opositores, que lo celebrarían, como de Maduro, que denuncia a cada rato una conspiración.

Sea una exageración o no, la prensa norteamericana cada vez está más alarmada por la inestabilidad en Venezuela. "El petroestado del señor Maduro podría causar mayores dolores de cabeza a los Estados Unidos y a América Latina que Cuba aislada", afirmaba hace pocos días un artículo escrito por dos analistas para The Wall Street Journal. "Una implosión podría significar mayores envíos de cocaína a América Central y los EEUU, así como un aumento masivo en el flujo actual de decenas de miles de refugiados que ya huyen del país para los Estados Unidos, Colombia, Brasil y otros lugares. Y una consolidación del poder podría permitir a Maduro profundizar su asociación con los adversarios estadounidenses".

Lo que viene es para echarse a temblar.

El próximo 30 de julio se realizarán elecciones para formar la nueva asamblea constituyente. Las condiciones impuestas por Maduro impedirán que sean unas elecciones libres. En su lugar, esas elecciones permitirán que organizaciones chavistas por todo el país nombren a los nuevos representantes del pueblo, con lo cual la vieja asamblea elegida apenas hace dos años y medio será neutralizada.

Esa nueva asamblea se pasará meses o años redactando la nueva Constitución. Mientras tanto, el gobierno cerrará su mano sobre la oposición y la neutralizara. Y lo más probable es que cuando esté lista la nueva Constitución, no se celebrará referéndum, o si se hace, no será con las garantías legales.

A partir del 30 de julio empezará una nueva Venezuela. Será algo así como la República Socialista Soviética de Venezuela. En ese momento, sí representará una amenaza para todo el continente porque, como decía el artículo de The Wall Street Journal, Venezuela será como"una nueva Cuba sentada sobre trillones de dólares de reservas de petróleo".

¿Qué hará Estados Unidos?

Para empezar, para el norteamericano de a pie, Venezuela no representa una preocupación. Lo único que podría movilizar a la opinión pública sería una amenaza militar, pero eso no existe pues cualquier analista replicaría: ¿es que Venezuela tiene misiles balísticos? No. ¿Tiene unas fuerzas armadas temibles? No. ¿Poseen una poderosa flota aérea? No. ¿Nos pueden invadir? No.

"Apenas pueden alimentar a su gente", decía hace poco Alex Jones, un comentarista que tiene su propio canal en YouTube.

De modo que, para el norteamericano medio, Venezuela no es una prioridad. Hay cosas que les preocupan más como Corea del Norte y su potencia nuclear, Irán, el Estado Islámico y Rusia.

Sin embargo, cuando más pase el tiempo, peor: Venezuela en manos de Maduro y sus militares se irá convirtiendo cada vez más en una amenaza. Y cuando empiecen a subir los precios del petróleo, aún más porque contarán con más recursos para asentar su dictadura.

Lo que nadie pensaba que iba a pasar está pasando: que la influencia cubana en el mundo en lugar de decaer, está creciendo.

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