OPINION

El atentado de Barcelona ha destapado muchas verdades que estaban ocultas

atentado acto
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Un pensador alemán llamado Karl Jaspers desarrolló en el siglo pasado el concepto de 'situaciones límite'. La vida nos somete a veces a situaciones extremas como la cercanía de la muerte, el sufrimiento, el dolor y hasta la culpa, todo lo cual nos saca nuestro auténtico ser.

Una de esas situaciones límite ha sido el ataque terrorista en Barcelona, pues ha puesto a muchas personas ante una situación límite y hemos visto cómo han reaccionado. Hemos visto escenas de solidaridad y de valentía en personas desconocidas, ayudando a heridos y donando sangre. Hemos visto a las fuerzas del orden trabajando al cien por cien para detener y aniquilar a los terroristas.

Pero también ha destapado la verdad oculta detrás de algunos grupos y personas. Empezando por la CUP, el partido anarquista catalán, que en medio de esta situación límite, ha dicho que la culpa es del fascismo y el capitalismo. Han mostrado lo que son: políticos que sufren de esquizofrenia paranoide, por lo cual no merecen representar ni a los que les votaron. Este es el mismo partido que desató su odio contra los turistas extranjeros, y ahora tendrá que tragarse sus palabras, y sus pintadas.

También hemos visto a Podemos, mejor dicho, a su postura ante el terrorismo, pues fueron ellos los que no suscribieron el pacto antiyihadista en 2015. Ahora, ante esta situación límite, tampoco lo hacen. Lo que demuestra que no saben quiénes son los malos y quiénes son los buenos en esta guerra. Uno de los portavoces de Podemos fue incapaz de explicar a un periodista de televisión en qué se basaban para no apoyar este pacto contra el terrorismo.

Pero hay más. También hemos visto que esto es un asunto de todos los españoles, y que la comunidad española es la primera que siente este sufrimiento. La foto del Rey, con el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, la alcaldesa de Barcelona, el ministerio del Interior, los líderes de los partidos y el poder en general, es una imagen que habrá cabreado a los independentistas, pues habla por sí sola: hay una estructura del Estado, desde arriba abajo, y ese Estado representa a todo un país llamado España. En una situación límite, no hay separatismos.

El ataque ha puesto también en evidencia a la alcaldesa de Barcelona y a los servicios de seguridad de la consejería de Interior, que no se coordinaban ni con la Policía Nacional y con el Ministerio del Interior. A pesar de los avisos dados por la Policía Nacional de que pusieran defensas y bolardos en el sitio más transitado de Barcelona, se desentendieron, y ahora, ante esta situación límite, tendrán que dar explicaciones a los familiares de las víctimas, que se estarán preguntando si sus seres queridos podrían haberse salvado con esa medida. ¿Por qué no hicieron caso a la Policía Nacional?

Pero hay algo terrible que se ha destapado en esta situación límite. Mucha gente no sabe, pero lo recordaba el diario El Mundo en un editorial. "Hoy no podemos olvidar cómo el nacionalismo ha ido cebando una verdadera bomba al favorecer la llegada de inmigrantes de países musulmanes frente a los de países hispanohablantes, como parte de la estrategia de ruptura de España. Así, se ha contribuido a convertir Cataluña en uno de los centros neurálgicos para grupos salafistas".

El ataque terrorista ha sido una situación límite que ha puesto a todos en su sitio. Y lo peor para algunos, es que ha quedado evidente ante el país y ante el mundo.

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