OPINION

Nace la España 3.0: reivindicar "la unidad de España" sin ser de extrema derecha

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Los últimos siete días en España han sido de vértigo.

En el domingo 1 de octubre, España parecía inevitablenmet partida, con la Policía y la Guardia Civil usando la fuerza para impedir un referéndum ilegal,

Su intervención ofreció cientos de fotografías dieron la vuelta al mundo. Parecía un estado policíaco.

Mientras tanto los Mossos d'Escuadra, la policía local, se mantenía al margen de sus deberes (tenían la orden judicial de impedir el rerefenrum), y las fuerzas independentistas usaban las redes sociales para convencer a la prensa extranjera de que aquello era un acto de opresión.

Carles Puigdemont, presidente del gobierno catalán, anunció horas después el resultado de las elecciones. Habían ido a votar más de dos millones de personas, y más del 90% quería la independencia.

El lunes siguiente, en muchos colegios se asediaba a los hijos de policías y guardias civiles, diciéndoles: "¿Te parece bonito lo que ha hecho tu padre?". Bulling puro y duro, y encima, impune. Además. echaban a policías guardias civiles de los hoteles y de los pueblos a pedradas.

Todo cambió con el discurso del rey: culpó a la Generalitat de estar violando la ley, amenazó con usar todos los recursos para detener ese proceso, y afirmó que no iba a dejar solo a los catalanes.

Puesto que Carles Puigdemont seguía con su idea de anunciar la independencia, llegó el turno de verdad: los grandes bancos y empresas catalanes dijeron ¡basta! y comenzaron a mostrar por fin sus cartas. Nos vamos de Cataluña. CaixaBank, Sabadell, Gas Natural, Aguas de Barcelona, Dogi... sin contar con un aluvión de pymes que han ido a las notarías a preguntar por su futuro.

Miles de clientes habían empezado a retirar sus depósitos de los bancos, lo cual ponía a esas instituciones contra la pared porque sin depósitos, van directamente a la quiebra, o decretan un corralito (un bloqueo indefinido de las cuentas).

A continuación, empezaron a salir en ciudades y pueblos catalanes, aquellos que no habían hablado. La Cataluña oculta que había estado aguantado durante años la opresión y los escraches de los independentistas. Homenajeaban a la Policía y a la Guardia Civil, pedían diálogo, o sacaban banderas españolas.

El efecto fue contagioso, porque se extendió en el fin de semana por las grandes ciudades de España. El sábado, con dos manifestaciones en Madrid: una sin complejos (con la bandera española), y otra con complejos (la de la bandera blanca).

Y por último, la inmensa manifestación organizada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona, que agrupó a decenas de miles de personas. Todas las televisiones la estuvieron transmitiendo.

¿Qué viene a decir todo esto?

Da la impresión de que ha pasado algo importante. Desde 1977, las manifestaciones por "la unidad de España" eran hasta ahora la franquicia de la derecha y de la extrema derecha. Pero hora es un lema que proclaman sin complejos gente del pueblo.

Es el nacimiento de la España 3.0.

La España 1.0 fue la de Franco: una, grande y libre, fue su lema.

La España.a 2.0, fue la de la era postfranquista, a partir de 1975, que reivindicaban la memoria de Franco y el concepto de unidad en una España democrática con 17 autonomías. Cualquier que amase España sin ser de extrema derecha, era inevitablemente señalado como 'facha'. Por eso les acomplejaba mostrar sus españolidad.

Esta tercera ola, la España, 3.0, es la que proclama "la unidad de España" sin complejos, sin ser de extrema derecha, sin echar de menos a Franco, gente de toda ideología o sin ideología, reivindicando los valores de la democracia moderna y arrebatando el lema de la unidad de España a la antigua derecha.

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