OPINION

Scenter, el atrapaolores

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El olor del jabón con el que te bañabas cuando eras niño (Moussel de Legrain en mi caso), el del estiércol de las vacas en tu pueblo de veraneo o el perfume de aquella novia de tan evanescente recuerdo. La capacidad evocadora del olfato hunde sus raíces en la fisiología del sistema olfativo*. Sin embargo, la característica que más define al olor es, precisamente, su transitoriedad. Scenter, un dispositivo para almacenar los olores, pretende atrapar los recuerdos en forma de olfato.

Si guardamos imágenes y sonidos, ¿por qué no hacer lo propio con los olores? Fue el planeamiento del estudio de diseño madrileño Kawamura Ganjavian.  El resultado es Scenter (del inglés "scent"=aroma), un artilugio con dos partes bien diferentes: la pieza superior guarda la sustancia oliente, en tanto la pera esférica sirve para insuflar en la primera el aire que la atravesará y hará renacer el aroma olvidado. Lo que no dicen los diseñadores, como recuerda el Blog del Diseño, es cómo se capturan los olores dentro de los cartuchos. Porque meter un ramito de lavanda no es difícil, pero ¿y el aliento de tu madre cuando te contaba cuentos en la cama?

Posibilidades de comercialización: Como era previsible, el invento ha despertado todo tipo de aplicaciones escatológicas entre su público potencial. Por este lado, grandes posibilidades.

* Nuestra nariz está conectada en un bulbo olfativo situado en la parte anterior del cerebro que percibe los olores. Este bulbo forma parte del sistema límbico, en tanto los olores son procesados en el hipocampo. La información recibida por el bulbo olfativo es transmitida mediante las neuronas al sistema límbico, uno de los centros más primitivos del cerebro, allí donde se estimulan las emociones. Esto explica la fuerte vinculación entre el olfato y el recuerdo.

Visto en Desing Blog.

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