OPINION

Incineración ecológica: que tu muerte sea tan verde como lo fue tu vida

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El tema de la huella ecológica -el impacto que cada uno de nosotros hacemos en el medio ambiente con nuestro consumo- está alcanzando niveles patológicos en ciertas personas. El caso más mediático (pero no el único) es Colin Beavan, ese ciudadano que se ha bautizado como "hombre sin impacto"  ("no impact man") y que ha reducido o condicionado sus niveles de consumo energético de tal manera que sus actividades no emiten CO2 a la atmósfera y, por tanto, su conciencia está libre de su parte alícuota del calentamiento global.

El fin coherente de Beavan debería ser incinerado (aunque aún es pronto: tiene 43 años) mediante un nuevo proceso llamado "resomación", que utiliza ocho veces menos energía que la incineración tradicional. Se trata de un sistema ideado por la empresa escocesa Resomation, que "imita el proceso de hidrólisis alcalina que ocurre cuando un cuerpo se descompone", según informa la BBC. La diferencia es que la máquina acelera ese proceso desde los veinte años que tardaría en producirse de forma natural a sólo dos o tres horas.

El cuerpo del finado se envuelve en una funda de seda, se coloca en un ataúd (sólo para el transporte: será reutilizado para el próximo cadáver) y se somete a un proceso de hidrólisis alcalina, lo que viene a ser sumergir el cuerpo en una solución de agua con hidróxido de potasio y calentar la mezcla hasta los 180º.

El resultado final es un montón de cenizas, similar a las que se producen durante la cremación. Pero el proceso no sólo emite menos gases de efecto invernadero a la atmósfera sino que también permite el "reciclaje" del cadáver o, al menos de sus partes artificiales: prótesis e implantes. Según explica el fundador de la empresa, Sandy Sullivan:

"Después del proceso, los implantes como las articulaciones de cadera o rodilla, por ejemplo, quedan en condiciones impecables. Pueden volverse a utilizar y beneficiar a muchas personas que no pueden acceder a estos tratamiento médicos por falta de dinero".

El procedimiento y la máquina no son nuevos, sino que fueron desarrollados inicialmente para deshacerse de los cadáveres de las "vacas locas". La empresa ha adaptado el sistema y ya lo está utilizando en varios estados de EEUU y en Canadá, y está a la espera de que el parlamento escocés apruebe su uso.

Posibilidades de comercialización: Acordes con el inevitable impuesto de emisiones de CO2. Si la incineración contamina y el entierro ocupa lugar, sólo queda la "resomación"...o el abandono del cadáver.

Visto en ISon21, Threehugger y BBC.

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