OPINION

Latro, la lámpara de algas que funciona con aliento humano

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Mike Thomson es un licenciado por la Academia de Diseño de Eindhoven que hace poco nos sorprendió por un concepto de una insólita lámpara alimentada por la sangre humana. La "Blood Lamp" era una lámpara "de un sólo uso", ya que había que romperla y cortarse con el cristal, para posteriormente mezclar la sangre con un líquido para que éste se iluminara.

Se trataba de una crítica sobre cómo las compañías eléctricas nos chupan la sangre y, también, como nuestro despilfarro energético también acabará por dejarnos sin ella. Ahora Mike Thomson entra directamente en el meollo de la cuestión y, en vez de criticar, callar y darse una vuelta (que diría una folclórica), ofrece una solución tangible y ecológica al problema del derroche energético; y de la mano de nuestras amigas las algas verdes.

"Latro" es una lámpara que se inspira en un gran avance científico realizado a principios de este año por investigadores de la Universidad Yansei y de la Universidad de Stanford, una técnica pionera donde se utilizan electrodos a escala nanométrica que se introducen en los órganos de la fotosíntesis (cloroplastos) de las células de algas, consiguiendo así sacar una pequeña corriente eléctrica a partir de su metabolismo.

Las algas sólo necesitan luz solar, dióxido de carbono (CO2) y agua para sobrevivir; y de eso tenemos a manos llenas, convirtiendo a estas especies en atractivas fuentes para aprovechar su energía en el futuro.

"Latro" (del latín "ladrón"), incorpora el potencial de la energía natural de las algas y la funcionalidad de una lámpara de diseño. La respiración en el mango de la lámpara proporciona a las algas el CO2, mientras otro orificio permite la adición de agua y la liberación del oxígeno.

Colocando la lámpara a la luz del día, las algas sintetizan el alimento a partir de CO2 y agua. Un sensor controla la intensidad de la luz, sólo permitiendo la acumulación de la energía cuando el nivel de intensidad lumínica alcanza un cierto umbral, un mecanismo de seguridad para evitar la desnutrición de las algas de tanto exprimirlas de sus procesos biológicos.

Esta energía puede ser almacenada en una batería lista para ser utilizada durante las horas de oscuridad. Y lo más importante: los propietarios de una "Latro" están obligados a tratar a las algas como una mascota, alimentándolas con su mal aliento y recompensando su trabajo nocturno sacándolas a pasear al jardín para que tomen su ración de luminosidad.

Después de todo, se lo merecen; es lo mínimo que podemos hacer por unos seres que pueden salvar el futuro humano...

Posibilidades de comercialización: 50%, la técnica con las algas está clara y las aplicaciones, también; sólo falta que los avances en nanotecnológia nos permitan utilizar su potencial más allá de las frías salas de un laboratorio.

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