OPINION

Una mashrabiya que bebe del botijo para hacernos olvidar el aire acondicionado

ECO4
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Los sistemas de climatización actuales crean una separación bastante profunda entre el usuario y el medio ambiente. Al exagerase las condiciones artificialmente, el aire acondicionado nos traslada a una sensación ficticia que para alcanzar hace que sea necesario gastar muchos kilojulios. Esta energía, que se consume para nuestro agrado, deja una huella de carbono tan grande como el tamaño del compresor de estos aparatos climatizadores.

'Ecooler' es una pantalla-celosía de cerámica que ofrece una alternativa para la refrigeración de espacios internos sin el uso de la electricidad y que se basa en un azulejo de cerámica hueco que puede contener y transferir el agua. Utilizando un conector metálico designado se pueden unir varias piezas, creando una pantalla de enfriamiento natural tan grande como se quiera.

El sistema no es más que una combinación entre dos elementos tradicionales utilizados hace milenios para la refrigeración del cuerpo y el espíritu : la mashrabiya y el botijo. La mashrabiya es un mirador cerrado con madera tallada, un elemento que actuaba en el mundo árabe como mediador entre los valores sociales y ambientales, entre el interior de la casa y el exterior de la calle.

Una mashrabiya está diseñada para permitir la entrada de aire fresquito y luz en espacios interiores, mientras el sol se queda fuera en los duros días de verano. El botijo, y su sistema de refrigeración cerámico, que data de las culturas mesopotámicas, también es conocido por todos los que han catado pitorro alguna vez. El agua almacenada dentro de un botijo se filtra por los poros de la arcilla y, en contacto con el ambiente seco exterior, se evapora, produciendo un enfriamiento interior.

La combinación de ambos efectos nos da el "Ecooler" de los diseñadores hebreos Mey y Boaz Kahn.

Aunque es cierto que pueda parecer una suerte de radiador gigante que en vez de calentar enfría (quizá una pieza de Joris Laarman, el emperador del radiador rococó) la principal baza que los diferencia es que, en este caso, se hace de la decoración un elemento plenamente funcional, pues sirve para separar ambientes y permitir el paso del aire y la luz.

También la unión de cerámica y agua simboliza una actitud activa del diseñador hacia los temas culturales, en este caso mediterráneos, gracias a la fabricación artesanal de las piezas, que se han cocido en la casa-estudio de la pareja y cuyo desarrollo se ha producido a través de un proceso que comienza con una investigación práctica de los materiales disponibles.

"Ecooler" es uno de los ejemplos más palpables en los que el Diseño hace frontera con el Arte. Y es que no todos los productos deben ser diseñados con el propósito de hacer nuestra vida más fácil o más cómoda. El diseño también debe rodear a sus usuarios con historias y emociones, esperanzas y fantasías, preguntas y cuentos de las mil y una noches.

Por eso el buen diseño también debe revelar cuestiones culturales y obligarnos a hacernos preguntas acerca de nuestra manera de vivir. Y de lo que podemos perder por la insistencia de mantener este modo de vida, incluido el planeta que nos da covijo.

Posibilidades de ruptura temprana por pelota: 100%, la fragilidad también es belleza; pero no se lo preguntén a un infante con una pelota de fútbol frente a tan apetitosa celosía. Aún así la estética y la historia ganan: el "Ecooler" se ha llevado el tercer premio de diseño de los IIDA Awards 2010

Vía Not Cot

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