OPINION

Stonehenge pudo haber sido construido mediante el transporte de piedras rodantes dentro de ovillos de mimbre gigantes

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Llevamos días asistiendo a un renacer de las teorías acerca de uno de los grandes misterios de la historia: cómo se construyó el monumento megalítico de Stonehenge, en Inglaterra. Hace apenas 5 días, arqueólogos de la Universidad de Exeter apuntaron la posibilidad de que los constructores de Stonehenge pudieran utilizar un sistema basado en rodamientos de bolas de madera sobre railes acanalados, para transportar las grandes piezas del monumento prehistórico hace 4.500 años.

Pero ahora un ingeniero y ex presentador de TV cree que ha llegado a una teoría definitiva que explica cómo realmente las piedras gigantes se movieron en su día. Garry Lavin, que se hizo famoso a los mandos del programa de ciencia de la BBC 2 “Every home should have one”, cree que los ingenieros primoridales que construyeron Stonehenge usaron cesta de mimbre para hacer rodar las enormes rocas desde Gales a su ubicación actual.

Este es el principal misterio para los arqueólogos, el movimiento de los famosos 60 “bluestones”, enormes piedras de hasta cuatro toneladas y que proceden originalmente de una antigua cantera en las Montañas Preseli, a unos unos 300 kilómetros de distancia de Stonehenge.

La cesta, con forma de cilindro, permitiría transportar rodando piedras gigantescas y estaría tejida con árboles de sauce y aliso, para formar una estructura ligera que pudiera moverse fácilmente por 4 o 5 hombres.

Para completar el equipo, y para asegurar las mejores condiciones de rodadura, el espacio entre la cesta-cilindro y la “rolling stone” estaría lleno de ramas delgadas a modo de amortiguación. Esto distribuiría la carga, al igual que hacen los neumáticos modernos, y crearía la flotabilidad necesaria para transportar las piezas por los ríos y hasta por el mar.

Esta flotabilidad de las piedras descubierta por Mr. Lavin habría permitido al hombre neolítico hacer más fácil el transporte de larga distancia sin tener que cargar con la piedra todo el camino, ya que podrían haberlas colocado en un cauce fluvial, como el Wye River, y luego guiarlas a través de su curso durante decenas de kilómetros.

Según el ex-ingeniero, las estructuras de madera y el trenzado de cestas ya eran soluciones conocidas en la época, como atestiguan numerosos restos encontrados en los alrededores. “Sólo tuvieron que usar esta tecnología a una mayor escala para dotar de movimiento a las piedras”, afirma.

El pasado verano el investigador probó su teoría acerca de Stonehenge y logró mover una piedra de una tonelada en un rodillo de mimbre que él mismo había construido con ramas. Ahora quiere reescribir la historia mediante la creación de un ovillo tamaño king-size capaz de mover una enorme piedra de cinco toneladas, como las que se plantaron en Stonehedge en la noche de los tiempos.

Para ello se ayudará de un ingeniero, un arqueólogo especialista en madera antigua y un tejedor de sauce profesional, un equipo que le ayudara con la prueba final y la construcción del gran rodillo para piedras rodantes. Tiene la esperanza de realizar la prueba en el solsticio de verano del próximo año, que es cuando Stonehenge luce con mayor magia.

George Oates, un ingeniero que trabaja para Expedition UK, una empresa de ingeniería del Reino Unido que recientemente ha diseñado el Velódromo Olímpico, así como el Puente del Milenio de Londres, ha estudiado la nueva teoría desde la perspectiva de la física.

Analizó la altura y el peso de los hombres del Neolítico, así como el peso de la piedra, la fuerza que debería soportar la cesta y las pendientes que tuvieron que ser salvadas en el camino. Y tiene su conclusión: "Creemos que la teoría de una cesta tejida alrededor de la piedra, para mover rocas de cuatro toneladas desde las montañas de Gales a Stonehenge es, cuando menos, viable".

Vía BBC

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