OPINION

Descubren que la bacteria de la gonorrea puede adquirir el ADN humano

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No parece apropiado tras un día como el de ayer, San Valentín, que se alerte de los peligros de una cita con la gonorrea. Aunque el descubrimiento que han realizado investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Northwestern, en Chicago, bien merece una tarjeta de felicitación: han hallado la primera evidencia de un fragmento de ADN humano en un genoma bacteriano, en este caso, en la Neisseria gonorrhoeae, la bacteria que causa la gonorrea.

En términos científicos, se trata de la primera transferencia directa que se registra de ADN entre los seres humanos y las bacterias; y también se ha demostrado que dicha transferencia de genes parece ser un evento evolutivo reciente.

El descubrimiento permitirá conocer la evolución, así como entender la ágil capacidad de la gonorrea para adaptarse continuamente a nuestro cuerpo y sobrevivir en su huésped humano. Cada año se contagian en el mundo en torno a 50 millones de personas y es una de las patologías más antiguas registradas; también una de las pocas exclusivas de los humanos y miembro de honor del club de las bacterias resistentes a los antibióticos comunes.

Las autoridades norteamericanas de salud han llegado a afirmar que la gonorrea “es ahora una de las bacterias para la que las opciones de tratamiento son peligrosamente escasas". Y todo porque nos conoce bien. Demasiado bien.

¿Cómo se produjo la transferencia? Es difícil precisarlo. Posiblemente al estilo de una cita rápida. Si una célula humana y una célula bacteriana se juntan en un salón de citas rápidas, no se espera un intercambio inicial de números de teléfono; y mucho menos de material genético.

Pero la relación entre las células humanas y las bacterianas debió de terminar en la cama en algún momento de la historia, algo que ya anticipaban muchos evolucionistas, que piensan que los seres humanos multicelulares somos, al fin y al cabo, descendientes directos de la unión de dos organismos unicelulares, uno de los cuales era una simple bacteria con ganas de mambo.

Se sabe que se produce transferencia de genes entre diferentes bacterias e incluso entre las bacterias y las células de levadura, cuyo ADN sirve de modelo a los científicos. "Pero que pase ADN humano a una bacteria es un salto muy grande", afirma el autor del estudio Mark Anderson, estudiante postdoctoral en microbiología. "Esta bacteria ha tenido que superar varios obstáculos para adquirir esta secuencia de ADN" .

Al igual que los pasos que se deben dar en una relación primeriza hasta lograr consumar el acto, el gonococo no sólo tuvo que librarse de los padres y familiares para acceder a la dama (en este caso representados en forma de las defensas bacterianas humanas). También debió introducirse disfrazado por una ventana abierta en mitad de la noche para engatusar a la dormida célula humana y hacerse, a la fuerza imaginamos, con un hueco en su corazón (en este caso su núcleo).

Hank Seifert, profesor de microbiología e inmunología en la Universidad de Northwestern, afirma que la enfermedad es tan antigua que hasta se describe en la Biblia. El mismo la ha estudiado durante 28 años y la mayor parte de su investigación se centra en cómo la bacteria evade el sistema inmune humano al alterar su apariencia y permitir la modulación de la acción de las células blancas de la sangre.

La transferencia de genes fue descubierta por el análisis de las secuencias genómicas de la gonorrea de varios ensayos clínicos en el Instituto Broad, en Cambridge, Massachusetts, que sacó a la luz que tres de los 14 aislamientos tenían un pedazo de ADN idéntico al que se encuentran en los seres humanos.

Ante la sorpresa, también se encargó a otro laboratorio distinto secuenciar el fragmento, que volvió a confirmar que era idéntico al humano. También mostró que esta secuencia humana está presente en alrededor del 11 por ciento de los aislamientos seleccionados de la gonorrea.

Los investigadores también analizaron la bacteria que causa la meningitis, la Neisseria meningitis, y que está muy relacionada con las bacterias de la gonorrea a nivel genético. En este caso, no había ni rastro de los fragmentos humanos de ADN, lo que sugiere que la transferencia de genes entre la gonorrea y el ser humano es un evento evolutivo muy reciente, pero que ha dejado una huella imborrable entre ambos pretendientes para siempre.

Microfotografía de una colonia de bacterias Neisseria gonorrhoeae

Vía Eureka Alert

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