OPINION

El dulce más amargo: la galleta recuerdo de la central nuclear de Fukushima

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La ciudad japonesa de Okuma-Machi, localizada en la prefectura de Fukushima (donde se encuentra la planta de energía nuclear que tantos quebraderos de cabeza está dando al mundo) probablemente debería haber elegido camisetas con frases ingeniosas para promocionar su localidad, desde la que se ve la central. Sin embargo, a la hora de decidir qué tipo de souvenirs era el mejor recuerdo que podían llevarse los turistas eligieron...unas galletas con la central nuclear impresa.

Un intrépido blogger japonés de Hakkaku Culture Union descubrió los dulces de recuerdo en diciembre de 2010, aproximadamente en el 40 aniversario de la primera vez que Fukushima-Daiichi se puso a funcionar. Estaban en un estante de una tienda de regalos de la estación de tren de Okuma, junto con una selección de otros productos locales y las típicas baratijas que compran los viajeros para agasajar a amigos y familiares.

Las galletas son lo que los japoneses conocen como "monaka", un pastelillo tradicional japonés hecho con pasta dulce de judía azuki emparedado entre dos barquillos delgados y crujientes hechos de mochi, una pasta de arroz. Cada unidad tiene impresa la silueta de la central nuclear en su superficie superior y están envueltas en un plástico transparente donde aparece la estructura metálica de la chimenea, junto con unos átonos que giran alrededor del sabroso núcleo.

Las galletas se venden individualizadas o en paquetes de 10, quizá para amenizar la estancia en un búnker nuclear donde haya que pasar algo de tiempo. Bueno, en realidad se vendían, pues la estación de Okuma ahora está en plena zona cero de la alerta nuclear, por lo que los 10.000 habitantes de la zona se vieron obligados a evacuar la ciudad poco después del terremoto de marzo 2011, del tsunami y de la posterior crisis, esa que ha convertido a la central en una amargo recuerdo para cualquier paladar.

Fuente y fotos: Hakkaku Culture Union

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