OPINION

Cerradura biométrica a prueba de órganos muertos

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Las tecnologías de acceso que utilizan partes del cuerpo a modo de 'llave' despiertan un terror atávico entre los usuarios: que los malhechores intenten mutilar al genuino propietario de los dedos o los ojos para saquear su casa, robar su coche o asaltar la cuenta corriente. Aunque la ficción ha incidido en este terror (recordemos aquellos ojos de cadáver que utilizaba Tom Cruise para burlar el acceso a su antiguo cuartel general en 'Minority Report'), en la vida real también se han dado casos inquietantes: en Malasia en 2005 unos ladrones cortaron el dedo del hombre al que querían robar para abrir su cerradura biométrica y abandonaron el resto en la cuneta.

Para evitar tan sangrientos y luctuosos hechos unos investigadores de la empresa alemana Dermalog Identification Systems han desarrollado un escáner de huellas digitales que distingue entre tejido vivo y muerto (y sólo da acceso al primero). El 'truco' utilizado por el sistema se basa en la cualidad del cuerpo humano de cambiar de color cuando la sangre es expulsada de los capilares, por ejemplo, cuando la yema del dedo se torna blanca cuando presionamos una superficie.

Los investigadores del laboratorio alemán descubrieron que los dedos vivos absorben una luz LED de 550 nanómetros en el primer contacto y de 1.450 nanómetros en el momento de máxima presión sobre el sensor. Sin embargo, los dedos de los cadáveres no presentaban semejantes cambios.

Pero amputar el dedo que permite el acceso no es la única manera de engañar al sistema biométrico. Otro método consiste en imprimir copias de la huella dactilar en cuestión sobre una superficie de silicona o gel de goma. Para detectar estas falsificaciones, la policía suiza trabaja en el desarrollo de un algoritmo que identifique las pequeñas oscilaciones respecto al original en el que incurren las copias con los citados materiales.

Mas no sólo la industria y la policía trabaja para que la biometría no acabe dando lugar a una hipotética nueva gama de delitos. La propia ISO, la organización internacional de estándares, trabaja en sistemas de detección de órganos vivos para que los felones no se salgan con la suya y los propietarios puedan volver a casa con todos los miembros en su sitio.

Posibilidades de éxito: 90%. La biometría tenderá a convertirse en un estándar en sistemas de acceso, así que la protección del usuario ha de ser prioritaria en futuros desarrollos.

Visto en New Scientist.

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