OPINION

Antes muerta que con otro: la bici que se autodestruye si la roban

kamikaze bike
kamikaze bike

Los muchos ciclistas aficionados que usamos este medio de transporte para movernos a diario tenemos numerosos problemas a los que enfrentarnos en la jungla urbana: semáforos, conductores, ancianas armadas con contundentes abanicos…. Y los robos.

¿Quién no ha tenido la mala suerte de regresar a la farola de turno para ver que tu querida compañera de fatigas ha volado, con candado y todo?

Es hora de tomar justa venganza. Aunque para ello tengamos que sacrificar lo que más queremos. Te presentamos el StayLocked, un prototipo de cierre que deja inservible tu bicicleta en el caso de que algún amigo de lo ajeno se la lleve.

Ideado por el diseñador industrial canadiense Andrew Leinonen, el secreto del candado es formar parte del propio cuadro de la bicicleta. Concretamente, la sección en forma de horquilla que une la rueda trasera con el resto del conjunto. ¿Se rompe el candado? Se rompe la bicicleta.

Esta pieza se puede separar del resto mediante un sencillo destornillador para unirla a cualquier poste donde queramos aparcar y dejarla sujeta. Si alguien fuerza el candado, queda inservible e incapaz de soportar el peso de ningún ciclista, con escasa posibilidad de reparación.

Ahora viene lo bueno, porque es probable que cacos poco observadores o desconocedores de la mecánica de la bicicleta se animen a huir de la escena del crimen pedaleando en su nuevo adquisición, sólo para dar de bruces a los pocos metros y dejarse el trasero del color de la vergüenza.

El diseñador torontiano tuvo la inspiración para crear este concepto tras años de soportar la falta de seguridad del ciclista urbano: “hace unas semanas nos robaron la bicicleta de mi novia, en el mismo callejón de nuestra casa”. Aunque de momento sólo se trata de un prototipo, Leinonen sueña con poder incorporar este sistema a los cuadros de otras marcas.

La idea principal que mueve este proyecto no sugiere inmolar nuestras bicicletas-kamikaze en pos de un bien común ciclista, sino hacer pensárselo dos veces al primer mangante de turno que la mire con ojos codiciosos.

Claro que este método de seguridad resulta, cuanto menos, poco práctico: en definitiva, nos seguimos quedando sin bici, que es lo que buscábamos evitar. Pero más anchos que largos imaginando al caco dando con los piños en el sueño. Pero parece poco probable que nadie quiera pagar otra nueva bicicleta sólo para darle una lección al chorizo de turno.

Otro punto, parece que obviado, es que (por desgracia) las ruedas siguen girando por muy roto que esté el cuadro, con lo que no resulta difícil alejarse tranquilamente con la bicicleta cogida por el manillar. Y por muy inservible que quede para transportar a nadie, el resto de piezas continúan pudiendo aprovecharse.

Posibilidades de conducir bicis autodestructibles: Muy escasas. O eres muy rico, o tienes mucho sentido de la justicia, o de la venganza. Lo que quieres es conservar tu bici, no que el ladrón se rompa la espalda al intentar llevársela. Si por lo menos inventaran un sistema para dejarla TOTALMENTE inservible, quizá con unos detonadores….

El invento, visto en wired

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