OPINION

Tres propuestas para un muelle lúdico en el San Petersburgo americano

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San Petersburgo, en la Bahía de Tampa (Florida), es una ciudad costera del sur de los EEUU que en los últimos años ha perdido interés turístico y notoriedad económica. El ayuntamiento de la zona quiere poner fin a esto y reactivar su espíritu. Los muelles y el puerto deben ser modernizados y han convocado un concurso de lo más ambicioso.

Tres son los proyectos que han entrado en la fase final, los tres a cargo de prestigiosas firmas de arquitectura y que van a transformar el paisaje de la ciudad y la relación de sus habitantes con esta. Unos optan por un edificio en forma de ola, otros, por crear una “lupa” gigante en medio del agua… y los hay quienes dan prioridad a los pelícanos.

Algunos dirán que son preciosos. Otros, que son unos "satanes". ¿Qué opináis?

La Ola (Big Architects)

La propuesta de este estudio holandés de arquitectura recibe su nombre de la estructura que remataría el muelle: una enorme “rizo” de cemento, la ola en cuestión, conectado a la orilla por un largo muelle transitable. Los barcos atracarían a lo largo de esta estructura, mientras que la parte final, la que queda bajo la ola antes de sumergirse, podría usarse para mercadillos, conciertos o fiestas.

El interior del edificio también se puede utilizar para alojar tiendas, exposiciones, conferencias, un parque de bolas o hasta una piscina para jugar a voleibol en el agua.

Al acercarnos a la ciudad, encontraríamos una zona intermedia, destinada a embarcaderos para canoas y embarcaciones pequeñas de uso privado, otra para natación, pesca…  todo se conectaría con una zona verde con miradores y zonas de juego... Es un proyecto muy orientado a mejorar las condiciones para el uso recreacional de la costa de la zona, un aspecto que según la gente de Big, ha estado presente en los muelles desde su creación.

Como curiosidad, los arquitectos ha tomado como inspiración la escena de la película “Origen” en la que la ciudad se combaba sobre sí misma. El coste de la obra vendría a sumar unos 50 millones de dólares.

El ojo de San Petersburgo (West 8 Diseño Urbano y Arquitectura paisajista)

West 8 apuesta por la ecología y la recuperación de la flora y fauna de la zona. Su idea divide el proyecto en cuatro zonas: el paseo marítimo principal de San Petersburgo, el puerto, la reserva natural y la “herencia romántica”. Este último sería un punto de encuentro y lugar de celebración de diferentes eventos.

La reserva contendría una zona para botes, piraguas, separada de la zona “ecológica”, donde la fauna y flora estaría protegida de la acción humana. Se reservaría una zona del paseo marítimo para la pesca, tanto para las personas…como para los pelícanos, especie que se quiere proteger y vincular con la ciudad.

La supuesta zona romántica es, atención, un pabellón en forma de concha de erizo de mar. Tiene varios niveles y una idea bastante astuta: la de utilizar el desgaste propio de la zona a su favor, una pátina que embellecería de manera natural el hormigón con el que se construiría. El coste total, sumando las reformas al paseo, sería de unos 63 millones de dólares.

La Lente (Michael Matzan Arquitectos)

La idea de Matzan es la de conectar el centro de la ciudad con su frente marítimo. Se trata de un proyecto polémico, ya que no sólo atañe a la propia costa, sino que influirá en toda la ciudad. Es la propuesta más ambiciosa, que condicionaría más que las otras el paisaje de la propia urbe.

La gigantesca estructura reflejaría la ciudad en el agua y crearía un paisaje diferente, con diferentes niveles y alturas por los que pasear. La misma lente, una membrana de hormigón, es un lugar de observación del agua y el propio skyline de la ciudad.

El proyecto está muy orientado al ciudadano, con zonas verdes, dos accesos diferentes, una playa con Spa, miradores, tiendas… Incluso ha tenido en cuenta la sostenibilidad de la estructura: podría desalinizar el agua del mar a base de energía solar para evaporar el agua, recoger esta condensada y hasta aprovechar el exceso de energía para alumbrar la zona. Además, aumentaría la calidad de las aguas que se vierten a la bahía.

Eso sí: es la más cara de todas, y vendría a costar unos 95 millones de dólares.

¿Cuál será elegida de las tres? Los resultados se harán públicos el año que viene, y las tres propuestas están expuestas en el museo de historia de la propia ciudad. El ayuntamiento los ha hecho públicos y busca el feedback de cualquier curioso, que podéis enviar visitando la propia página que han habilitado para ello.

Fuente y fotos: Municipalidad de San Petersburgo

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