La máquina para callar impertinentes

Qué irritante es que alguien te haga ese gesto para callarte: ¡sshhhhhh! Y sin embargo, que necesario es a veces, cuando alguien habla en voz alta donde o cuando no debe. Sigue resultando algo brusco, y en una sociedad tan cerrada como la japonesa, considerado de muy mala educación.

Así es normal que hayan inventado algo como la pistola silenciadora de impertinentes, que haga por nosotros ese trabajo. No: no es un silenciador para pistolas, sino una especie de arma de tebeo que consigue hacer callar a la gente. Y sin chistar.

Kazutaka Kurihara y Koji Tsukada son los creadores del invento, que en realidad tiene un principio bastante básico. Un micrófono direccional capta el ruido del ambiente. Cuando detecta voces a un volumen poco prudente, comienza a grabar la conversación, y la reproduce con un desfase de 0.2 segundos, mientras apunta al escandaloso parlanchín. Los resultados, como podéis ver en este vídeo, son increíbles y tronchantes.

http://youtu.be/USDI3wnTZZg

Y es que este dispositivo funciona siguiendo una máxima que todos conocimos en nuestra infancia: cuando alguien se pone a repetir lo mismo que tú dices, consigues que se calle rápidamente para escucharte: el cerebro procesa que está escuchando, de nuevo, lo anteriormente pronunciado y nos manda callar para entender lo que pasa. Finalmente, el proceso nos hará sentir avergonzados por nuestra falta de educación.

A esta mecánica, bien conocida por todos, se le añade el detallito del láser, que sirve para una doble función: dirigir correctamente el altavoz del aparato y, de paso, lanzar una amenaza al pesado en cuestión. Digno de uno de los cachivaches del Dr. Bacterio.

El vídeo nos da la idea de algunos de los usos que puede tener: callar al pesado que grita por el móvil en la biblioteca, silenciar a un profesor aburrido… No son sino algunas de las ocasiones donde nos sería útil tapar la boca a alguien: en el cine, en un hospital, en un una gala de Eurovisión…

Y es que en estos tiempos de contaminación acústica desmesurada, el silencio es un lujo cada vez más escaso. No nos extraña que no sea el único dispositivo anti-pelmazos desarrollado. Hace algunos años, la empresa Brando presentó otro aparato aún más útil: el silenciador de móviles.

Se trataba de un compacto y manejable “jammer” portátil, capaz de bloquear las transmisiones GSM en varias de las frecuencias que utilizan normalmente los móviles: de 850, 900, 1.800 y 1.900 MHz. El radio de acción era de 5 a 10, más que aceptable para su escaso tamaño y para su uso personal.

Claro que en determinadas legislaciones (como la americana) no son del todo legales: se corre el peligro de que sean usados para robos u otras maldades, dejando a las víctimas sin medios de recurrir a las autoridades.

Como en otras ocasiones, hay que recurrir a tiendas situadas en China para hacerse con uno. Por ello, el nuevo “Chistonator”, que no incumple ninguna regulación, puede tener su nicho de mercado fresco. Eso sí: que reduzcan primero su tamaño, porque ahora mismo es un poco trasto. Así que si fabrican una versión de bolsillo, aquí tienen un futuro comprador.

Vía Oddity Central y Engadget