OPINION

Cómo engañar a las cámaras de reconocimiento facial con una cara hecha de ganchillo

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Gran Hermano ya está aquí. El reconocimiento facial es un arma utilizada actualmente por los gobiernos y las corporaciones de todo el mundo, desde para la supuesta aplicación de la ley hasta para nutrir de clientes a la publicidad dirigida; o incluso a las redes redes sociales.

Pero existe luz al final de ese zoom que juega con nuestros datos faciales sin permiso: ¡se puede engañar al sistema con un poco de astucia y algo de ganchillo! Lo ha hecho Howie Woo, un canadiense de ascendencia asiática que se define amante empedernido de las agujas de tejer y que ha creado un sistema para confeccionar una cara anti-reconocimiento facial.

Básicamente se trata de una suerte de paella tejida (valdrá con cualquier posa-jarrones de la abuela) a la que se le hacen dos anillos para insertar por las orejas y a la que, como a Mister Potato, se le pueden añadir ojos, sonrisas, cejas o otros rasgos físicos.

Como los elementos van con bendito velcro se pueden permutar en distintas posiciones para configurar infinidad de caras nuevas que ninguna cámara pueda reconocer.

Es muy importante el apósito nasal, que se tiene que hacer por separado y dotar de relleno, por aquello que las cámaras no capten monigotes sin nariz que puedan resultar sospechosos.

Aunque también se puede utilizar la versión blanco crudo, sin nada, sólo el simple ganchillo, muy eficaz contra las miradas indiscretas.

Y sí, la verdad es que se sacrifica un poco la visión y la integridad física de la propia cara ante los choques; pero por un sistema que protege de verdad nuestra privacidad y que, además, hará reír a más de uno, sin duda.

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Todas las instrucciones vienen en el blog de Howie Woo y las fotos son de su Flickr.

Vía Dvice.

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