OPINION

Muebles comestibles para una era de crisis y austeridad

La crisis económica se está apoderando de todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida; y el mobiliario del hogar no es ajeno a ella, ya que el paisaje doméstico siempre ha sido reflejo de nuestra cultura, nuestro gusto y nuestros hábitos.

Así, estamos llegando a un momento en el que vivimos tan al borde del precipicio que los muebles que hasta hace poco apreciábamos, se vuelven superfluos y se ven obligados a evolucionar hacia una era en la que debe predominar la austeridad. Por eso, los muebles se vuelven comestibles para ser consumidos cuando lo necesitemos.

Bajo esa premisa, Lanzavecchia + Wai ha presentado una colección de muebles comestibles llamada Austerity, que precisamente propone una reflexión sobre la crisis actual y la necesidad de volver a los aspectos más básicos de nuestras vidas.

La colección se compone de una mesa de café hecha de caramelo duro, una silla de chocolate, un sofá de alubias y una mesa de galleta náutica. ¿Que te has quedado sin el paro y ya no tienes ni para alimentar a tu familia? Pues nada, toca comerse el sofá.

Los muebles están hechos a base de cuatro nutrientes básicos: carbohidratos, proteínas, azúcar y chocolate (que el chocolate sea algo básico es cuestionable, pero bueno) a modo de reservas alimentarias para cuando la crudeza apriete y no tengamos qué echarnos a la boca. Los alimentos recubren la estructura metálica de los muebles, que queda al descubierto una vez consumidos, de modo que los muebles siguen siendo funcionales.

Así, vemos que la crisis va erosionando el mueble, reduciéndolo a su mínima esencia que es la que perdurará a lo largo del tiempo. De este modo, aprendemos a ver qué es lo que realmente necesitamos, a dejarnos de elementos innecesarios y centrarnos en lo básico y necesario.

Mesa de café de caramelo duro

La superficie de esta mesa está realizada en caramelo duro, una dulce opción para dejar nuestros refrigerios sobre ella. Una vez desaparece superficie, cada una de las tres patas que funcionaron como apoyo pueden ser empleadas para depositar las tazas de café o los platillos con los aperitivos.

Silla de chocolate blanco

Un taburete recubierto de veintidós kilos de chocolate blanco, que a priori forman una sabrosa reposadera. No sabemos qué pasará cuando los 37 grados de nuestros cuerpos se sienten sobre ella.

Un sofá de alubias y arroz

Ladrillos de arroz pegados unos a otros mediante almidón convierten un banco metálico en un cómodo sofá cubierto con una colcha rellena de alubias. Las alubias hacen de elemento aislante y se pueden sacar para preparar una comida de domingo.

Una mesa de galletas y carne enlatada

La tabla de la mesa está hecha de galletas y se apoya sobre cuatro patas que no son más que latas de corned beef (ternera en granos). Una vez saciado nuestro apetito, lo que fue una mesa ahora es una simple bandeja.

Más información: Lanzavecchia + Wai

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