OPINION

El mejor regalo de cumpleaños: sexo a diario durante un año

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¿Recuerdan el Día del Chuletón y Mamada? Surgió como contrapunto masculino al Día de San Valentín, escenificando el mayor regalo que una mujer puede hacer a un hombre por amor. Pero un trozo de carne y un simple enjuague bucal queda muy lejos del pedazo de presente que Charla Muller, de 42 años, le hizo a su marido para celebrar su 40 cumpleaños: un año entero, 365 días, de sexo garantizado, ya llueva, truene o le duelan las muelas.

"Cuando le ofrecí a mi marido el regalo, literalmente le tumbé del susto" Y así fue, pues cuando Brad escuchó tamaña muestra de generosidad, resbaló con un juguete de su hijo (tienen 2) y casi se parte el espinazo. Ya recuperado, en un principio, el marido rechazó la idea. ¡Pero que diantres! Tras una semana sopesando el regalo, Brad aceptó. Un año después, Charla Muller ha plasmado en un libro su experiencia, una guía sobre la intimidad conyugal que promete ser todo un manual sobre cómo vencer la rutina en las relaciones de pareja.

Durante el primer mes todo fue miel sobre hojuelas, casi siempre obrando durante la noche. Y es que tener sexo nocturno hacía que por la mañana la relación familiar fuera sobre ruedas. Pero un día del segundo mes, un viernes noche que su mujer le esperaba en la bañera, Brad volvió derrotado de la jornada laboral y rechazó unirse a ella con su patito de goma. "Más tarde, esa noche, le dije que había estado tratando de hacer las cosas un poco más excitante con el baño de invitación, a lo que él respondió: "Lo siento, estoy totalmente perdido con tanta rutina". Por supuesto, Charla supo esa misma noche como hacerle olvidar sus preocupaciones.

La segunda piedra en el camino vino la noche de año nuevo, ya que Brad no parecía estar del todo concentrado con los gritos de los borrachos en la calle celebrando el cambio de año. "Sólo tienes que cerrar los ojos, cariño", fue todo lo que necesitó Charla para añadir la muesca diaria en la pistola de su marido.

Después de seis meses, la cosa era como el que sale de currar y se mete de pluriempleado en una fábrica de sexo. El asunto parecía que se estancaba, pero Charla estaba decidida a llevar hasta el final su regalo y puso todo su empeño en ello.

En el día 305, Charla salía del baño de cepillarse los dientes y, tras esgrimir el típico "¿está el señor listo?" se encontró con un nuevo "hoy me duele la cabeza". Pero esta ama de casa de North Carolina es terca como una vaca y no estaba dispuesta a no llegar a la meta tras la maratón. Y lo logró.

El día del 41 cumpleaños de él ambos resoplaron de orgullo y satisfacción tras 365 días, con sus noches, de sexo diario. Ella dice que se pasó dando vueltas a la casa durante varios minutos a la vez que repetía en su interior "¡lo hice, lo hice!", mientras simulaba los gestos de un futbolista cuando mete el gol decisivo en la final de la Copa del Mundo.

"Antes, pensaba que el sexo es la guinda del pastel de un buen matrimonio. Pero ahora me doy cuenta de no tenía ni idea de lo que me faltaba. Nos comunicamos mejor, hablamos más y más divertido y estamos más conectados. Un año teniendo relaciones sexuales todos los días no es sostenible, salvo por una apuesta o un regalo como este. Pero no se puede negar este año ha sido el mejor año de nuestro matrimonio ... hasta ahora".

Por supuesto, después de la experiencia, Charla ya tiene pensado el regalo para su marido en su 42 cumpleaños...

Extractos del libro "365 noches, memoria de una intimidad", de Charla Muller.

Vía News Com

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