En la década de los 90 del pasado siglo dos artistas rusos, Komar y Melamid, contrataron a una empresa de investigación de mercados para determinar los gustos (y disgustos) artísticos de la gente. Con los resultados elaboraron un panel de los cuadros preferidos y denostados por el público.
Una década después (aviso: en dos meses los 00 se acaban), el artista David Soldier y sus dos colegas rusos dieron una vuelta de tuerca al proyecto y preguntaron qué tipo de música desagradaba más a la audiencia (americana, en este caso). El resultado, a partir de una encuesta entre 200 personas, es el siguiente:
"La canción más denostada dura más de 25 minutos, oscila violentamente entre secciones tranquilas y agitadas, entre tempos lentos y rápidos, e incluye timbres de tonos extremadamente agudos y graves, con cada dicotomía quebrada por una abrupta transición. La orquesta más odiada debe ser grande, incluir un acordeón y una gaita (empatan como el instrumento más odiado, por el 13% de la gente), banjo, flauta, tuba, arpa, órgano y sintetizador. También debe incluir una soprano de ópera rapeando música atonal, jingles publicitarios, eslóganes políticos, música de ascensor, canciones de campamento y coros infantiles. Los temas más vilipendiados para las letras versan sobre vaqueros y vacaciones, y las circunstancias menos agradables para estar expuesto a música son los anuncios y la música de ascensor"*.
El siguiente paso fue construir la pieza. Y he aquí el resultado:
La canción más desagradable del mundo.
Aunque echamos de menos unos coros rocieros, la descripción encaja aproximadamente con el "Bohemian Rapsody" de Queen. Y tú, ¿qué añadirías a este adefesio musical?
DISCLAIMER: Este artículo fue escrito bajo los efectos de "La canción más desagradable del mundo". Disculpen su arritmia.
Visto en Wired.
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