OPINION

Cómo hackeé las cámaras de vigilancia de la Policía, enfrenté al Ayuntamiento de Madrid consigo mismo y qué pasó después

Me llamo David Rodríguez, aunque a veces firmo como Tina Paterson, y me gusta tocar las narices al poder. Hace tiempo formé un grupo de saboteadores del capital llamado La Fiambrera Obrera. Nuestra obra cumbre fueron los dos tomos del libro Yo Mango, una guía práctica para robar en supermercados con la garantía de la notable cleptómana Winona Ryder. También he organizado talleres de porno lésbico con dinero del Ayuntamiento de Madrid.

Recientemente he capturado la señal las cámaras de videovigilancia que la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid ha instalado en Lavapiés y he estado a punto de lograr que la Concejalía de las Artes el propio Ayuntamiento emita las imágenes en la flamante pantalla gigante de LEDs de Media Lab Prado, desencadenando un brote de esquizofrenia en el concejo. Esa es una posibilidad. La otra que tenga que pagar 10.000 euros de multa por entrar en los sistemas del Ayuntamiento.

Pero vayamos por partes: yo no he hackeado nada. De hecho no tengo ni idea de cómo entrar en el sistema de videovigilancia de la Policía. Ni falta que hace. Las imágenes que puedes ver arriba y debajo de este párrafo están tomadas con mi cámara, sujetas a un palo y colocada bajo las insidiosas cámaras de verdad de Lavapiés. Ciertamente no tiene ningún interés robar la señal de las cámaras del Ayuntamiento: al fin y al cabo, sólo graban gente y eso lo puede hacer cualquiera.

Mientras la parte represiva del gobierno municipal instala cámaras para vigilar a los levantiscos vecinos de Lavapiés, la fracción dedicada a festejos ha instalado en Media Lab Prado una flamante pantalla de LEDs y ha organizado un taller para estrenarla. (La pantalla ha costado un millón de euros, con los que se podría pagar 100 multas como la que me puede caer). Mi proyecto consistió en vincular ambas iniciativas municipales  -cámaras y pantallas- aparentemente inconexas.

Para ello sólo tuve que empezar a correr la voz de que había capturado la señal de las cámaras de Lavapiés y de que Media Lab las emitiría en su millonaria pantalla al aire libre. La institución se ha visto obligada a colgar esta lacónica nota en su página web:

Ante las noticias aparecidas en Internet, Medialab-Prado comunica que desde el taller Open Up no se va a realizar ninguna actuación que contravenga la legislación vigente en materia de captación de imágenes de videovigilancia ni de protección de datos.

Así las cosas, como si el Ayuntamiento de Madrid fuera una suerte de Barón Ashler bipolar, su cara videovigilante quiere que pague una multa por hackear sus cámaras, cosa que no he hecho, mientras que su faz lúdico-festiva se siente burlada. Sea como fuere estoy metido en un buen lío...¿o lo están ellos?

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