OPINION

No diga "Boquita de piñón"; diga "síndrome de la boca de pino"

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Cacogeusia: Alteración del sentido del gusto por la que el paciente detecta mal sabor en sustancias que no lo poseen.

Gracias a la globalización, la humanidad está ampliando su repertorio de alimentos; pero a la vez se enfrenta nuevos problemas médicos por este hecho.

El último se llama "síndrome de la boca de pino" y se caracteriza por un sabor amargo y metálico en la boca que puede desarrollarse un día o dos después de comer piñones, un popular ingrediente cada vez más presente en pesto de ensaladas y platos italianos, así como en muchos otros referentes de la cocina, tanto mediterránea como asiática.

Descrita por primera vez por un médico belga en 2001, el raro síndrome puede persistir hasta dos semanas después de la ingesta. Aunque casi no existe literatura médica al respecto, sólo el año pasado en EEUU la Food and Drug Administration recibió 51 denuncias de alteraciones del gusto "en relación con piñones", aunque al referirse sólo al gusto no se considera un problema de salud pública.

Se sabe que el aceite de piñón se vuelve rancio muy fácilmente, así que es posible que a medida que se degradan los frutos podrían formar moléculas nuevas que de alguna manera interactúan con los receptores del gusto.

Una de las personas que lo ha experimentado es el doctor Marc-David Munk, un profesor en el Departamento de Medicina de Emergencia en la Universidad de Nuevo México. Lo sufrió de primera mano en una mesa de buffet en un restaurante donde había un plato de piñones para acompañar la ensalada. "Sólo tomé un puñado de ellos y me los comí crudos. Después de un par de días, he desarrollado metallogeusia" (el término médico para un sabor metálico amargo en la boca).

Munk descubrió que aún era más fuerte cuando bebía vino tinto. Su boca estuvo como la de un robot sin lavarse los dientes durante 10 días.

Munk cree que algo en los piñones afecta a la señalización entre las papilas gustativas y el cerebro. Hay varios conocidos desencadenantes de metallogeusia, incluyendo varios mariscos con ciertas toxinas, pero nunca había pasado con los frutos secos.

En el caso belga, el médico fue capaz de detectar los síntomas por la alimentación de piñones en otras dos personas. Así se lo decía a su grabadora:

Varón de 36 presenta cacogeusia un día después de la ingestión de 10-15 piñones tostados (género: Pinus). Síntomas empeoran en la 2ª jornada y progresivamente mejoran, sin tratamiento, durante 5 días.

Los pacientes también describen ocasionalmente dolores abdominales y náuseas después de comer los piñones. La inmensa mayoría de los piñones consumidos en el mundo provienen de China; según la literatura médica, una pequeña proporción también vienen de Italia y Pakistán.

Para evitar susceptibilidades contra los productos asiáticos, el Departamento de Investigación Económica del Servicio de Agricultura americano tomo muestras de piñones de todas las procedencias. Un panel completo de pruebas toxicológicas sobre ellas no reveló diferencias.

Unos campesinos chinos lavándose las manos para pelar los piñones

Fuente: el informe del doctor Nunk

Fotos: Life

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