OPINION

Carne de perro en el menú de los astronautas chinos

Yang-Liwei
Yang-Liwei

Dice el proverbio chino “El perro de Huajiang es más beneficioso que el ginseng”. Y, ni cortos ni perezosos, los responsables del programa espacial chino han incluido la delicia local en el menú de los astronautas de aquel país, según ha desvelado en su biografía Yang Liwei, que comandó la misión Shenzhgou Cinco en 2003.

“En el espacio comemos cosas normales, nada de aleta de tiburón o lamprea. No hay por qué guardar el secreto”, explica Liwei en el libro, titulado “Los nueve niveles entre el Cielo y la Tierra”. La lista de comidas de las que se alimentan los astronautas chinos incluye pollo asado, pescado hervido y carne de perro de Huanjiang, famoso en toda China por sus propiedades nutritivas.

El menú de los astronautas ha sido diseñado por nutricionistas chinos y los alimentos comprados a suministradores de Pekín. Según informa Telegraph, “el perro es un alimento común en China, donde se cree que ayuda a combatir los rigores del invierno”, pues es un alimento “yang”. El menú seguía vigente el año pasado, cuando los astronautas chinos dieron por primera vez un paseo espacial, y todo indica que seguirá en vigor cuando afronten la primera misión a la Luna, en 2020.

La revelación no ha sentado bien a los defensores de los animales en China, que consideran que un héroe como Liwei comiendo perro no es un buen ejemplo para la juventud. Más ahora, cuando las autoridades están a punto de decretar una ley contra el consumo de carne de gato y perro en todo el país. Se calcula que cada año se sacrifican 300.000 perros para consumo humano sólo en la provincia Jiangsu, al norte del país. La raza favorita es el San Bernardo, que crece rápido y tiene bien de chicha.

Como el resto de las mascotas, el perro es considerado un alimento tabú en buena parte del mundo, aunque se consume regularmente en China, India, Corea y otros países asiáticos. Como explica el antropólogo Marvin Harris en su imprescindible Bueno para comer, el motivo no es tanto el vínculo emocional que se establece entre perros y personas como que su valor como guardián o acompañante de las personas supera con mucho su aportación proteínica. ¿O acaso no son también de Dios los cochinitos, los conejitos y los corderos que devoramos por aquí?

Visto en Telegraph.

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