Breve diccionario para entender al hombre del tiempo

Es bien sabido que la información meteorológica es uno de los espacios más vistos del parte informativo (con permiso del fútbol), hasta el punto de que las “noticias” de los chubascos, nevadas o puestas de sol han acabado fagocitando buena parte del noticiario. Pero de ahí a considerar que una tormenta que alivie una prolongada sequía supone la llegada del “mal tiempo” va un mundo.

He aquí un pequeño diccionario para descifrar los mapas de isobaras e interpretar correctamente las coletillas de Mario Picazo, Paco Montesdeoca y compañía:

Anticiclón: Gigantesca “A” suspendida en la estratosfera, generalmente sobre las Azores.

Aparato eléctrico: 1. Met. Rayos y centellas. 2. Secador de pelo, transistor, dildo o, en general, cualquier dispositivo que funcione con electricidad.

Bomba meteorológica: Ver “ciclogénesis explosiva”.

Buen tiempo: Dícese cuando la temperatura supera los 35C a las 7 de la mañana. Cuando el buen tiempo se convierte en buenísimo se recomienda a los abuelos que beban mucha agua y que no bajen a “dar el paseíto” a las 3 de la tarde.

Ciclogénesis explosiva: Borrasca de amplio espectro cuyo nombre tiene connotaciones apocalípticas pero que no es más que un txirimiri con más brisa de lo normal. La ciclogénesis de verdad nunca viene sola sino con su correspondiente epíteto “explosiva”. Otra opción, más intimidante, si cabe es decir “bomba meteorológica”.

Depresión aislada de niveles altos: Gota fría.

Depresión tropical: Reintegración a la vida cotidiana después de unas vacaciones en Cancún.

Frío siberiano: Frío castellano.

Mal tiempo: Lluvia.

Mar gruesa: Aguas profundas, especialmente en Alborán y en el Estrecho.

Nubosidad variable: Nubes y claros.

Ola de frío: Invierno.

Ola de calor: Verano.

Sensación térmica: Biruji.

Imagen: UHF.