Miles de refugiados piden asilo cada año en la Unión Europea alegando ser homosexuales y sufrir persecución en su país de origen por este motivo. La República Checa es el único país que obliga a estos peticionarios a pasar una prueba tan humillante como imprecisa: la “falometría”.
En ella, los supuestos homosexuales tienen que ver alternativamente películas porno gays y heteros mientras un sensor detecta el volumen de sangre que fluye hacia su pene. En caso de que se exciten con las películas gays consiguen la condición de asilo, pero ay como lo hagan con las películas hetero.
La Unión Europea ha exigido al gobierno checo que cese estas pruebas. Según un informe sobre igualdad homosexual elaborado por la Agencia de Derechos Fundamentales, “las pruebas falométricas son cuestionables, en tanto resulta dudoso que pueda alcanzar conclusiones claras”. En otras palabras, no hay ningún motivo por el que un homosexual no pueda ponerse palote viendo a Lucía Lapiedra en acción (o viceversa).
La agencia europea considera que semejante prueba infringe la Carta Europea de Derechos Humanos, que prohíbe el tratamiento humillante y degradante, añadiendo que semejante comportamiento es “particularmente inapropiado para peticionarios de asilo, en tanto muchos de ellos han podido sufrir abusos por motivo de su orientación sexual”.
El ministro del Interior checo se defiende de las críticas recibidas aduciendo que las pruebas sólo se han realizado en diez casos y siempre con la presencia de un equipo médico especializado. Un portavoz del susodicho ministerio citado por Daily Mail asegura que la prueba sólo se utiliza en asilandos poco fiables de países como Irán, Siria o Nigeria, donde gays y lesbianas están sometidos a persecución.
La agencia europea tampoco cree que la prueba sea voluntaria, como aduce el ministro, pues renunciar a tomar parte en ella puede ser interpretado como sospechoso por parte de las autoridades.
Visto en Telegraph y Daily Mail.
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