OPINION

Un marine sin vacaciones de navidad se presenta ante su familia en forma de estatua de hielo

ESTATUAPEQUE
ESTATUAPEQUE

Las estatuas de hielo para sorprender a un ser querido no son patrimonio único de Eduardo Manostijeras. No señor. El Teniente Neil Bücken del ejercito americano, de 27 años, también sabe cómo conmover a toda su familia a la hora de decirles que no podrá regresar a casa por Navidad.

Se le esperaba el pasado miércoles, un día antes del cumpleaños de su hermana de 11 años que caía en Nochebuena. Pero en vez del joven militar con un gorro de reno, lo que apareció ese día en la puerta de los Bücken fue una reproducción suya fabricada en hielo que portaban unos operarios del empresa Nuzzolese Brothers Ice Corp., con sede en Hicksville, Long Island.

El marine no había podido conseguir el permiso navideño y se presentaba así, helado del todo, para decirles a sus familiares que no le era posible regresar para las fiestas. "La mitad de la familia se puso a berrear de la emoción", afirma su madre, Donna McBrien. "Fue increíble. Fue muy conmovedor”.

Mientras trataba de encontrar la manera de tener una presencia para el cumpleaños de Sullivan, su hermana, así como para la Navidad, Bücken originalmente pensó en enviar una estatua desde Afganistán; pero optó por una escultura de hielo hecha en casa.

El toque final fue una foto de él y su hermana, ambos sonriendo en Honolulu, encajada en la base de la escultura. “Yo le dije que lo único que quería para mi cumpleaños y para la Navidad era a él", dijo la hermana al New York Post. La estatua muestra a Bücken en su traje azul de gala, con medallas y condecoraciones visibles hasta en los detalles finos.

Su peso es de más de 360 kg y ha costado alrededor de 1000 $, según afirma Vicente Nuzzolese, propietario junto con su hermano de la empresa distribuidora de hielo que ha tallado la imagen. Nuzzolese Brothers Ice Corp. renunció a cobrar al marine la factura tan pronto como oyó la historia detrás de tan inusual petición.

“En cuanto recibí la llamada de teléfono desde Afganistán, me di cuenta que era algo que tenía que hacer. Estamos en Navidad", afirma el Nuzzolese mayor que también asegura que, si no llueve mucho en la costa Este norteamericana, la estatua resistirá hasta bien entrado el Año Nuevo en el patio trasero de su abuela.

Hasta entonces habrá que continuar dándole los abrazos con guantes.

Vía New York Post

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