OPINION

Auge y caída del rock psicodélico camboyano

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Abre bien las orejas porque el tema “Khernh Snaeh Khnyom Te” puede ser lo más estrambótico que escuches hoy. Se trata de uno de los temas más famosos de Ros Sereysothea, cantante camboyana que en a finales de los años 60 puso los cimientos del rock psicodélico camboyano, una extrañísima hibridación entre la música popular jémer y la psicodelia llevada por los soldados de EEUU, que en aquel entonces se afanaban por aniquilar a Charly, al Vietcong, en el país vecino: Vietnam.

Desdichadamente, la bella Ros, su colega Sinn Sisamouth –el “Elvis camboyano”- y todo el movimiento musical quedó aniquilado a partir de 1975 por la llegada al poder de uno de los regímenes más criminales de la historia del siglo XX (y la competencia es tenaz): los Jémeres Rojos de Pol Pot. En sólo cuatro años, los feroces jémeres aniquilaron a la cuarta parte de la población camboyana: unos 2 millones de personas, incluyendo a cualquier que usara gafas, conociera un idioma extranjero, tuviera un título universitario o hubiera trabajado en alguna oficina antes de 1975”, según relata el investigador de fenómenos paramusicales Willy Sonotone en un reportaje radiofónico sobre Ros Sereysothea y el bizarro movimiento musical.

La carrera de Sereysothea comienza en una Phnom Penh –capital de Kampuchea- monárquica y moderadamente cosmopolita. Según escribe Sonotone,

“Ros Sereysothea y su hermano comienzan su singladura en Phnom Penh actuando gratis en clubs locales para pasar a ser contratados en poco tiempo.  Ros alcanza cierta notoriedad y comienza a actuar en solitario, atrayendo ingentes multitudes. (…)

En 1967 consigue su primer hit y su voz copa las emisoras de radio de Camboya.  Entre finales de los 60 y mediados de los 70 graba numerosas canciones, muchas de ellas a dúo con Sinn Sisanouth, conocido como el Elvis Camboyano. En compañía de éste y de otros músicos crean lo que se dio a conocer como el Rock psicodélico camboyano. Esta mezcla de garaje rock y ritmos camboyanos fue el resultado de la sustitución de los instrumentos tradicionales Jemer por vibrantes guitarras eléctricas bajo la influencia de las emisoras militares norteamericanas”.

Internada en uno de los múltiples campos de trabajo que se crean en el país, los jémeres rojos reconocen a Ros y la obligan a cantar himnos y loas al nuevo régimen revolucionario. El rock, -como las ciudades y las gafas- era sospechoso, arte degenerado y extranjerizante. Obligada a casarse con uno de los oficiales de Pol Pot, la cantante acabó sus días en algún momento de 1978, con el régimen a punto de desmoronarse. Continúa Willy,

“La violenta relación que mantenía con su celoso marido incomodó en algún modo al director del Sub distrito de los Jemer, que investigó la situación. Testigos afirman que el marido de Ros hizo que Ros y su familia fueran asesinados. En cualquier caso la cantante desapareció en 1978. Testigos afirman que vieron a Ros en un carro tirado por un buey para ser trasladada y asesinada en un bosque al sur de Tophaung Phlong”.

Sin embargo, el brutal régimen no pudo acallar la aflautada voz de Ros. Muchos camboyanos ocultaron sus discos y cintas, lo que permitió salvar su inaudita creación musical. Este rescate –“un tributo que el pueblo de jemer hizo a Ros Sereysothea y a otros magníficos músicos de su época”, en palabras de Willy Sonotone- hizo posible que grupos como los californianos Dengue Fever hayan recuperado hoy algunos de los temas de esta rara avis de la música:

El programa "Las voces perdidas del Rock Camboyano. Vida y muerte de Ros Sereysothea" se emitirá en el bucle infinito de Radio Banquete a partir de la semana próxima. Gracias, Willy, por la información.

Y además:

-La banda del burka, los Kiss enanos y otros grupos rarísimos que no escucharás en Los 40.

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