OPINION

Los fumadores hondureños podrán ser denunciados por sus familiares si fuman en casa

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Los fumadores españoles que se quejan de la “persecución” a la que les somete la ley anti-tabaco que entró en vigor hace dos meses deberían darse con un canto en sus dientes amarillos tras la aprobación de una ley mucho más draconiana en Honduras, cuyo gobierno ha decidido ser más papista que el Papa y ha dictado una de las leyes más restrictivas del mundo en esta materia, antesala probable de una prohibición total en algún país que se está rifando.

La Ley Especial para el Control del Tabaco prohíbe fumar en los establecimientos públicos habituales -centros comerciales, escuelas, universidades, gasolineras, restaurantes, discotecas, autobuses, taxis, estadios y centros culturales- pero amplía la prohibición a varios ámbitos: no se podrá fumar en la calle a menos de dos metros de personas que no fumen e incluso no se podrá fumar en el domicilio privado, pues los propios familiares podrán denunciar al infractor –el papá o la hermana díscola-, que será multado con hasta 311 dólares.

En principio, la ley no prohíbe fumar en casa, pero el fumador será castigado “cuando alguien denuncie el caso”, según el gobierno.

Aunque el gobierno insiste en que la ley es clara y se aplicará con todo rigor, la propia policía no cree que pueda sancionarse a nadie por fumar dentro de su casa, en tanto la ley no prohíbe fumar allí. Del mismo modo se ha pronunciado un representante de la Organización Mundial de la Salud en el país, Armando Purgara, quien considera que

“El artículo 65 (que autoriza la denuncia contra familiares) no tiene mucho sentido en mi opinión, dado que la ley claramente no establece una prohibición en los domicilios y, por tanto, parece que ese artículo tiene una intención de tratar de educar por las vías de la denuncia a los fumadores, una medida que yo no encuentro demasiado factible”.

Según las estadísticas oficiales, el 30% de los hondureños fuman y un 10% de los enfermos de cáncer de pulmón jamás consumió tabaco, por lo que se supone que contrayeron la enfermedad en su condición de fumadores pasivos. Según el director del organismo contra el vicio en Honduras, “Lo que hacemos es por la salud de los hondureños y en defensa de los niños, los adolescentes y, en fin, de los jóvenes”.

Visto en Nacion. com, con información procedente de Associated Press.

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