OPINION

El Apolo de Niza volverá a erigirse 32 años después de ser vetado por la Liga Femenina de la Virtud

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¿No se supone que los americanos son los puritanos y los franceses los reyes de la falta de inhibición y de la actitud positiva sobre el sexo? Pues parece ser que nuestros vecinos están sufriendo un roller-coaster de regresión mojigata sin precedentes. Ahora estoy arriba; mañana estoy debajo.

Si primero nos dieron dos tazas grandes con el pectoral superior de Marianne, retirando un busto patriótico por su capacidad abdominal, ahora quieren enmendar la plana volviendo a erigir en Niza una gran estatua del Dios Apolo, que en 1956 fue prohibida por su supuesta virilidad “desmesurada”.

El Apolo de Niza, como buen dios griego, le gusta ir desnudo, de eso no cabe duda. Pero no mucho más que un David o un Zeus yacente. La enorme estatua de mármol fue originalmente erigida en 1956, en la cima de la fuente greco-romana que adorna la Grand Place Massena de Niza, en el centro de la ciudad.

La estatua calzaba un doble siete en sus dimensiones básicas: 7 metros de altura para 7 toneladas. Es normal que, como la estatua es cuatro veces el tamaño de un hombre normal, sus genitales también aparezca 4 veces más grandes. Pero nada del otro mundo si vemos las cosas en perspectiva.

Sin embargo, en aquella época le daba a la escultura un "aspecto impresionante" que la llevó a ser bajada de su pedestal en 1979, cuando los fans de Apolo fueron machacados por un grupo de mujeres católicas locales, la Liga Femenina de la Virtud, que presionó con éxito para que la retiraran.

Una de las razones que se dio por parte del ayuntamiento fue que los alborotadores locales solían destrozar los genitales de la estatua con pintura. Apolo fue enviado al ostracismo vergonzoso de un lugar que no levantara las susceptibilidades de las mujeres virtuosas: una puerta de entrada del estadio de fútbol del norte de la ciudad, donde los hinchas acostumbraban a pasarle la bufanda por las partes, como ritual de suerte para el partido.

La fuente dejó, literalmente, una sombra de la presencia del Apolo. En la década de 1990, lo que quedaba de la fuente comenzó a derruirse en el tiempo. Fue desmantelada y reemplazada por un pequeño montículo de hierba y varias palmeras de aspecto taciturno, una especie de rotonda fea.

Sin embargo, un debate celebrado la semana pasada entre el alcalde y algunos oponentes de la estatua hizo al alcalde Jacques Peyrat realizar un llamamiento a los generosos "valores diferenciales" del Apolo de Niza. Y, al parecer, convenció: la estatua será re-erigida en su lugar original el primer día del verano, en pleno solsticio, que es cuando se inaugura oficialmente el recorte de ropa y todo luce más abultado.

La Fuente de Apolo podría haber sido olvidada para siempre si no hubiera sido por un reportero local, que pensó en ella cuando hacía un reportaje sobre una planta de purificación de aguas. En uno de sus sótanos encontró partes de la fuente y las estatuas de bronce acompañantes que también fueron borradas del conjunto.

El reportero escribió un gran artículo de nostalgia sobre la fuente y el Apolo que la presidía antes de que se perdiera en la memoria. Una especie de “Qué fue de.."· que de repente levantó una oleada de apoyo para traer de vuelta a la vida a la magnífica fuente. El alcalde Jacques Peyrat leyó el artículo, escuchó las voces de apoyo y decidió luchar por restaurar la estatua, que ahora volverá a lucir esplendorosa y con sus genitales desnudos en pleno centro de Niza.

Vía Best of Nice

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