OPINION

El Papa cierra en Roma un monasterio de 500 años conocido como “el monasterio del baile"

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Las monjas y el baile han ido durante mucho tiempo juntos de la mano, en una fructífera unión para llevar la religión a un plano más cercano a la gente. Por lo menos en la ficción.

De los verdes campos por donde Julie Andrews repartía sonrisas y lágrimas, a los negros mofletes de Whoopi Goldberg cuando se vestía de “Sister Act” (y sin olvidarnos del meneo de Gracita Morales cuando conducía su "Sor Citroen" por los baches), una monja que se mueve, baila y celebra con su público siempre ha sido una forma efectiva y publicitaria de conectar.

Pero en la vida real existen unos límites; y los pone el Sumo Pontífice.

El Papa Benedicto XVI ha ordenado el cierre y clausura de un antiguo monasterio romano, en medio de una profunda preocupación eclesiástica por el "comportamiento cuestionable" de los monjes que allí (hasta ahora) habitaban, por incluir entre sus actos la actuación especial de una bailarina convertida en monja o la visita de estrellas del Pop como Madonna.

Se trata del monasterio contiguo la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, en Roma (una iglesia que posee algunas de las mas apreciadas reliquias de la Cristiandad, incluidas dos espinas de la corona de Cristo) y ha sido cerrado por "irregularidades financieras y litúrgicas", según afirma un portavoz del Vaticano a la BBC .

Los veinte monjes serán transferidos a otros monasterios en Italia, después de que se constató que su "estilo de vida" no estaba "de acuerdo" con la doctrina de la Iglesia, poniendo fin a una presencia monástica en dicho lugar que se remonta a cinco siglos, en un hecho sumamente insólito según los expertos vaticanos consultados.

En los últimos años el lugar se había convertido en una especie de set cinematográfico destinado a acrobacias de marketing y llegando al cortejo de famosos adinerados, como Gloria Estefan y Madonna. Esta última, después del concierto en Roma de 2008, donde dedicó “Like a Virgin” al Papa, paso por este monasterio al día siguiente para ver las reliquias allí contenidas.

En 2009 Anna Nobili (en la foto), que pasó varios años trabajando como bailarina exótica y artista de striptease en clubes nocturnos antes de convertirse en monja, realizó una danza religiosa delante de una audiencia de cardenales y obispos, girando alrededor de un crucifijo de madera.

El monasterio también se ganó la ira del Vaticano por apartarse de las prácticas litúrgicas ortodoxas y por presuntamente entrar en “dificultades financieras” con una tienda de regalos en donde vendían miel, mermeladas, frutas y verduras orgánicas producidas por los monjes. En realidad, esas viandas eran compradas por los monjes en un negocio vecino.

El huerto "ecológico"

El comienzo del fin de fiesta del monasterio comenzó hace dos años cuando su abad tras muchos años de servicio, Simone Fioraso, un extravagante ex diseñador de moda de Milán, fue despedido.

El Papa ordenó entonces una investigación oficial. El escándalo pasó a su jurisdicción porque, además de ser el líder de 1.200 millones de católicos del mundo, es también obispo de Roma y la iglesia y el monasterio son parte de su diócesis. Ahora ha aprobado el decreto definitivo que ordena su disolución.

“La decisión de cerrar el controvertido monasterio ha mostrado que Benedicto XVI sabe ser decisivo y expeditivo cuando se trata de eliminar la suciedad en la Iglesia", ha dicho al respecto Andrea Tornielli, un respetado experto del Vaticano, en declaraciones al Daily Telegraph.

Simone Fioraso, el último abad.

Fuente: BBC

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