OPINION

Palitos de zanahoria para animar a los presidiarios neozelandeses a que dejen de fumar

Carrot cigarettes
Carrot cigarettes

¿Cuál es la mayor humillación que le puede infringir a un proscrito? ¿Qué tal quitarle el cigarrillo de la boca y sustituirlo por un palito de zanahoria? Esta es la pretensión del Departamento de Prisiones de Nueva Zelanda, que dentro del plan para eliminar el tabaco de los edificios públicos que entra en vigor el próximo 1 de julio contempla distribuir entre los presos del país dos palitos de zanahoria diarios para superar el mono del cigarrillo.

La implementación de la medida sanitaria ha sido meticulosamente probada por el sistema de prisiones. Según un informe interno, de cada zanahoria grande se pueden sacar 16 palitos de zanahoria cortados en un tamaño uniforme “dentro de lo que permitan las habilidades” del encargado del corte. Por tanto, una zanahoria sirve para calmar la ansiedad de ocho presos fumadores.

La medida resulta tan ridícula que al presidente de la Asociación de Cárceles del país, Beven Halon, creyó inicialmente que se trataba de una broma. Aunque el  plan inicial contempla un mes de prueba con las zanahorias, Halon duda de que vaya a durar más de dos semanas, aunque “merece la pena intentarlo”.

El razonamiento tras los palitos de zanahoria es que se trata de un producto más saludable que otras alternativas, como los caramelos, que causan caries y elevan el azúcar en sangre. Las autoridades penitenciarias creen que mordisquear el palito de zanahoria (los dos palitos diarios) hará que los internos se olviden del vicio de fumar: “Se trata de una cuestión oral…Si tienen algo en su boca, no andarán buscando un cigarrillo para poner en ella”.

La semana pasada se cerró el plazo en el que los presidiarios podían comprar tabaco y partir del 1 de julio el producto se considerara prohibido a nivel nacional, considerándose su comercio como contrabando. Los alcaides están intentando además que los presos gasten las monedillas que se ahorren de comprar tabaco en hábitos más sanos, en lugar de hacerlo en productos azucarados o noodles instantáneos, tampoco demasiado recomendables.

Como ejercicio de ficción presidiaria te proponemos que te pongas en la piel de un guardia de la prisión y le ofrezcas a Jake "La Furia", el protagonista de “Guerreros de antaño” un palito de zanahoria a cambio de su cartón de Marlboro:

Visto en Stuff.co.nz.

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