OPINION

Se corre de rodillas una maratón vestido de caracol y le despiden por no recaudar suficientes fondos

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Lloyd Scott es un ex futbolista y ex bombero profesional que el pasado mayo recorrió centímetro a centímetro los 42 kilómetros de la maratón de Londres, boca abajo, de rodillas y arrastrando lentamente un trineo de metal con la forma de "Brian the Snail", un simpático caracol protagonista de una serie de dibujos animados.

A razón de ocho horas al día, Lloyd (que ya había corrido otra maratón vestido con un traje de buzo antiguo) tardó 26 días en completar el recorrido, tratando de recolectar dinero para niños con problemas motrices.

Durante el casi mes que estuvo arrastrándose como una babosa, sufrió constantes hemorragias nasales y vómitos por el esfuerzo que casi le hacen abandonar. Pero terminó; exhausto pero acabó su trabajo.

Sin embargo, su participación en la carrera ha costado más de lo que sacó en donaciones por su acción, por lo que sus jefes de la fundación caritativa Action For Kids para niños con discapacidad lo despidieron la semana pasada como su director de recaudación de fondos.

Lloyd, de 49 años, había recaudado alrededor de 5 millones de libras (cerca de 6 millones de €, mil kilos de las antiguas pesetas) para la caridad desde que comenzó sus locas acrobacias promocionales hace 20 años, después de recuperarse de la leucemia.

Desde entonces ha caminado de punta a punta de la Gran Bretaña vestido de T-Rex, cuando recaudó 310,000 £ para el cáncer. También hizo en bicicleta 3.000 Km. a través de Australia recogiendo monedas. Y ayudó a Sir Steve Redgrave a recaudar 1.8 millones de libras haciendo un maratón vestido de San Jorge, tirando de un dragón detrás de él.

Incluso se disfrazó de Indiana Jones persegudio por el bolón en pos de conseguir dinero para los demás.

Este año, vestido del caracol Brian, pretendía recaudar 200.000 £, pero sólo logró 19.500 £. La fundación de caridad se gastó 16.000 £ en la compra de trajes y atrezzo para él y su equipo; y mucho más en una compañía de relaciones públicas que les hizo la comunicación.

Al final, a pesar del esfuerzo del hombre-caracol, las cuentas no han salido y el fundador de la asociación caritativa, un obispo, le ha puesto de patitas en la calle con sólo una semana de pre-aviso, cuando todavía no se había quitado las babas del esfuerzo.

Y así lo ha despachado: "Debido a los limitados recursos, como todas las organizaciones de beneficencia, debemos asegurarnos de que hacemos el mejor uso posible de nuestros recursos. Nuestra prioridad es siempre la de nuestros donantes y los niños y las familias que apoyamos. Por lo tanto, tuvimos que tomar esta decisión”.

Lloyd, residente en Rainham, Essex, consciente que su bizarra forma de recaudación de fondos puede haber llegado a su límite de popularidad, planea concentrarse en un libro y un documental sobre su trabajo de 20 años. "Es un poco triste todo esto. Pero espero que no sea el fin", afirma apenado al Daily Mirror, sin todavía quitarse las rodilleras.

Vía Daily Mirror

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