OPINION

De dónde viene lo choni

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España está consternada tras ver un sorprendente vídeo de “Hombres, Mujeres, y Viceversa”, en el que una joven de estética choni llaman choni a otra joven que es exactamente igual que ella. Tras visionar estos momentos televisivos repetidamente,  nos hemos planteado ¿de dónde viene esta estética? ¿Por qué estas pintas?

Nosotros creemos que tienen una inspiración – involuntaria, eso sí – en la moda juvenil japonesa… A continuación, explicamos los elementos que prueban esta tesis.

Abrigos peluche. Por algún motivo, las chonis gustan de llevar abrigos que imitan la piel de un oso polar.  Sin embargo, y a pesar de que esto debería abrigar, se suele llevar en forma de chaleco o de forro exterior para las botas, de manera que estilizan la figura (a no ser que seas un tapón). Esto, por supuesto, ya está incluso pasado de moda en Japón.  Las garras, las orejas, y otros complementos, ya llevan años presentes entre la juventud nipona.

El chaleco, en el catálogo de cualquier firma, se presenta idealizado. Como algo que no abriga pero que tampoco importa. Aquí se ve a dos señoritas llevándolo como si nada. Como si quedara elegante.

Siéntase libre de interpretar esta foto como mejor le parezca. Nosotros hemos desistido.

Moreno artificial. El moreno tirando a malva lleva años en nuestras vidas.  Solo hay que ver a Karl Lagerfeld para darse cuenta de no es que favorezca, sino que te puede convertir en una aberración visualmente atractiva.  Sin embargo, en la tribu urbana gyaru, las ganguro ya llevan años intentando conseguir ese moreno-marrón que empezamos a ver en España.

En los últimos años, bien es cierto, el reality “The Jersey Shore” ha ayudado bastante a la proliferación de esta moda. Y lo último no son los rayos UVA, sino el bronceado en spray. En gente sin posibles o sin espejo en casa, se da un moreno a ronchones producto del autobronceador.

Como vemos, han adoptado el color tostada del desayuno.

Famosa participante de “The Jersey Shore”. Snooki también se ha bronceado.

Lentillas de colores. Algo tan poco recomendado por oculistas como demandado tanto por chonis como por las tribus urbanas más locas son las lentillas de colores. Deshechables y relativamente baratas, acercan tu aspecto al de la muñeca Barbie, aunque conservando las facciones que traías de casa.

Sí, te quedan los ojos azules. Otra cosa es que te queden bonitos.

Rubio californiano. El llamado “rubio californiano”, que tan de moda estuvo este verano, consistía en dejar la base oscura y las mechas rubias. Tras su paso (una vez más) por los trendsetters tokyotas y de ahí al uso masivo por parte de famosas, lo que hemos conocido de toda la vida como “rubia con las cejas negras” se ha convertido en un must.

Se supone que tiene que quedar así, aunque acaba pareciéndose más a los desteñidos de las protagonistas de “La Comunidad”.

Maxibolso. Hace cuatro años procedía llevar minibolsos, pero no desde que Louis Vuitton y Marc Jacobs decidieron que lo suyo era llevar un pedazo de bolso enorme donde cupiera todo lo que deseases llevar: maquillaje, móvil con cargador, zapatillas de repuesto, muda limpia, los kleenex, un perrito chihuahau, y a los trotamúsicos si te apetece.

Y aunque hace cuatro años todo el mundo aseguraba estar tan pancho con bolsos diminutos, se implantó ( y especialmente en el entorno urbano-choni) la moda del maxibolso. El Louis Vuitton especialmente se ve mucho tanto entre la chavalada fashionista japonesa como entre las chonis. Hablamos del Vuitton falso de toda la vida, claro. El verdadero queda reservado para las famosas.

Puedes meter dentro a tus hijos.

Manicura francesa/ artnails. Antes la manicura francesa era una cosa de señoras mayores y de actrices porno. Sin embargo, gracias a la influencia asiática (a través de tiendas de todo a cien) se ha implantado esta forma tan bonita de llevar las uñas cuidadas. Creemos que lo próximo va a ser el artnail, con las uñas llenas de flores, brillantes y poleas.

Ropa deportiva. En esto es posible que los japoneses no nos hayan enseñado nada. Aquí llevamos con el chandal de tactel desde los ochenta. Sin embargo, la idea de convertirlo en una prenda sexy sí que ha venido precedido por ellos. Sexy, cómodo, y económico.

Lo típico, que te vas a pillar y coges lo primero que encuentras en el armario.

Pero, bien combinado, puede ser más efectivo que un vestido de cocktail

Puede ser que las gyaru no hayan influido de manera directa a la juventud choni de nuestro país. Puede que los hombres solo se hayan inspirado en Cristiano Ronaldo (sus pendientes de brillantes se pueden comprar ya en el H&M), pero sí que es más que posible que los diseñadores europeos se hayan fijado en esos japoneses tan creativos y hayan hecho colecciones inspiradas en la moda de allá y que por eso tengamos a mujeres rubias con la piel morena y los ojos azules dándose gritos en televisión mientras se señalan con uñas largas, rosadas. Y es que no puede ser casualidad.

A estos elementos se les une el beehibe o pelo abombado (como lo llevaba Amy Winehouse), el piercing en la boca (ese que parece una verruga) o las extensiones rizadas, que tanto hacen por la gente sin volumen capilar.  En una espiral imparable de estética ida de madre, no podemos sino celebrar que esto está pasando.

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