Chuck Norris (izquierda) y el puente.
Si Getafe tiene su calle AC/DC y Madrid se merece su calle Fraga, otro héroe de la cultura pop tendrá un puente con su nombre en Bratislava, la capital de Eslovaquia: el mismísimo Chuck Norris. ¿Por qué él? Porque Chuck Norris no cruza puentes: el mundo se subsume por debajo de él.
El actor de bodrios de acción y constante objeto de chanzas en Internet es el favorito a ganar la votación popular para nombrar un puente peatonal en la capital eslovaca: Chuck Norris lleva el 74% de los más de 1.150 votos depositados por los vecinos, seguido por María Teresa, nombre de una emperatriz austro-húngara y Devinska, el pueblo más cercano.
La idea del ayuntamiento bratislaveño de pedir al público sugerencias para bautizar el puente acabó como estaba previsto: con una confabulación colectiva en Internet para impulsar una opción “cachonda”, como cuando Forocoches quiso mandar a John Cobra a Eurovisión. Y es que en Eslovaquia, el ser humano conocido como Chuck Norris hace tanta gracia como aquí y, sospecho, en cualquier lugar del planeta: Norris es el epítome de la masculinidad, audacia y la casi absoluta falta de miedo, vergüenza y mesura.
Los eslovacos no hacen más que emular lo que ya hicieron sus vecinos húngaros en 2006. Aquel año, el ministerio de Transporte húngaro puso en marcha un concurso online para nombrar el flamante puente Megyeri, sobre el río Danubio. Los votantes iniciaron un disparatado concurso entre Chuck Norris y Stephen Colbert, que pidió el voto desde su popular programa de TV. Al final, los húngaros hicieron lo que suele hacerse en estos casos: hacer caso omiso de la votación popular y bautizar el puente como estaba previsto desde el principio: Megyeri.
Visto en Reuters.
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