Novio iracundo prende fuego al hotel en el que celebraba la boda al recibir la factura del bar

Una factura de 30.000 euros, media docena de vodkas y un recién casado en bancarrota fueron tres de los ingredientes que desencadenaron un destructivo incendio en el hotel de Chesire (Gran Bretaña) en el que se acababa de celebrar la ceremonia. El balance de tal irascible reacción fue el siguiente: el Hotel Peckforton Castle quedó totalmente destruido por el fuego, sufriendo daños por valor de 7 millones de euros, 120 huéspedes tuvieron que ser desalojados. El novio incendiario ha sido condenado a 6 años de cárcel.

Max Kay, de 37 años y padre de 4 hijos, jamás debió organizar una boda por todo lo alto, con 200 invitados y en un establecimiento de postín. Durante el juicio reconoció que lo hizo “para impresionar” a sus allegados, a pesar de que estaba en bancarrota, después de que su inmobiliaria quebrara en 2010. Aun con todo, decidió tirar por la calle de en medio y celebrar un enlace por todo lo alto con su novia, Stephanie. 200 ingleses en una barra libre no es algo para tomarse a la ligera, así que la factura de 30.000 euros estuvo de las circunstancias pero no del bolsillo del contrayente, que “ni por asomo” podía pagar esa cantidad y amenazó con “romper los dientes” al dueño del hotel.

En lugar de eso, prendió fuego a las cortinas del edificio, desatando un incendio que acabó devorando el edificio. Los 120 clientes que pernoctaban en aquel momento en el hotel tuvieron que ser desalojados y, milagrosamente, nadie resultó herido, teniendo en cuenta que buena parte de ellos eran invitados a la boda que acababan de participar en la parranda. El abogado defensor de Kay alegó durante el juicio que su cliente “cometió un error catastrófico y tremendamente estúpido”, aunque su intención no era “herir a nadie sino asustar al personal”. A fe que lo logró.

Visto en Telegraph y NY Daily News.

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