OPINION

Resuelto el misterio de los pies cortados de Vancouver: era una broma

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Hace un año, más o menos, nos hacíamos un eco de un misterioso suceso que tenía conmocionados a los habitantes de Victoria, en Vancouver. Desde 2008 venían apareciendo en un lago de la zona zapatillas deportivas con pies humanos en su interior.  Como suena: deportivas con el pie y con una pantorrilla arrancada en su interior. Los casos se sucedieron a lo largo de los últimos 4 años, con la policía siguiendo varias líneas de investigación.

Pero la cosa comenzó a ponerse más seria en agosto. En poco más de unos días, la policía había encontrado otros tres zapatos con su correspondiente extremidad cortada… ¡y ahora eran de niños!  ¿De dónde venían? ¿Una bestia marina? ¿Un accidente de avión? Ninguna de estas teorías resultó ser cierta. De hecho, la realidad fue bastante decepcionante. Acabamos de descubrir que todo fue un engaño.

Hace unas semanas, un niño de 11 años se llevó un susto al encontrar un zapato con carne y un hueso en el lago False Creek . Rastreando la zona, un perro policía encontró otras dos deportivas abandonadas y con "regalo. Un descubrimiento que, lógicamente, puso muy nerviosos a los vecinos. La policía tuvo que comenzar a revisar los informes de personas desaparecidas. "Alguien anda mutilando infantes por ahí y lanzando sus pies al mar”, pensaron muchos.

Sólo que al final no fue así. Un examen forense desveló que estos restos no correspondían a seres humanos, ni mucho menos. Eran restos de carne de animales, de origen desconocido, eso sí, aunque parece que para gastar este “bromazo”, sus autores simplemente compraron algo de casquería.

El comisario Mike Russell se ha mostrado muy molesto con la broma, que atribuye la broma a algunos graciosos. “Necesitamos enviar un mensaje ahora mismo, esto es inaceptable en nuestra comunidad. No me importa lo que haga falta, tenemos que encontrar a estas personas y traerles ante la justicia, y decir a la gente que esta comunidad es segura, y que si vas a hacer algo así, iremos a por ti”.

La preocupación de Russell tiene su justificación, claro. Porque poco a poco fueron localizando los orígenes de esos zapatos huérfanos. O más bien, de los pies que contenían, claro. Y siempre se trataba de algún caso algo macabro cuya resolución había quedado pendiente durante años.

En la mayoría de los casos, el calzado pertenecía a los restos de algún cadáver que se alojaba en el fondo del lago. Dos de aquellas primeras muestras localizadas en 2008 correspondían a una mujer que se suicidó saltando de un puente cercano, en 2004.

Otro par de zapatillas que aparecieron durante esos años tenían un origen mucho anterior: Stefan Zahorujko, un hombre de 65 años que desapareció mientras pescaba en el lago en enero de 1987.

Aún así, hay algunas “apariciones pinrélicas” sin identificar, aunque se cree que pueden pertenecer a un accidente de aviación de 2005 o a víctimas de un tsunami de 2004, cuyas víctimas, presumiblemente, se encuentran en el fondo del lago.

La aparición cada pocos meses de un nuevo pie, siempre en el interior de unas “tenis”, hacía sospechar la posible acción de algún tipo de psicópata que actuaba en la zona. Parece claro que es por eso por lo que la policía y los vecinos se han tomado tan mal la “bromita” que les han gastado.

Por lo que podemos apuntar, parece que no hay asesino alguno por la zona. La propia acción corrosiva del agua actúa antes sobre las partes más débiles y menos protegidas por la ropa del cuerpo. En este caso… a la altura de los tobillos.

Fuentes: The Globe and Mail, Vancouver Sun y Cbc . Imágenes de Mississauga Quiropactor y Telecinco.

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