OPINION

La Guerra Civil vista por Miguel Gila

VIÑETA MIGUEL GILA
VIÑETA MIGUEL GILA

Sublimes. Así eran las viñetas que dibujaba Miguel Gila para la revista La Codorniz. El pasado jueves recuperábamos la última actuación en televisión del gran cómico. Hoy, 18 de julio, 75 aniversario del alzamiento de las tropas nacionales, debemos recordar la figura de este humorista que sufrió en primera persona la Guerra Civil. Desde entonces, siempre tuvo la necesidad de utilizar sus monólogos para denunciar la realidad social de la España que dejó la contienda.

Gila fue un superviviente: de la guerra, de la dictadura y de la censura. Con 17 años se alistó en el bando republicano. Tiempo después, ya detenido, fue puesto frente a un pelotón de fusilamiento en Valsequillo (Córdoba). Era el atardecer de un día lluvioso. Los nacionales estaban borrachos. Y Gila logró salvar la vida haciéndose el muerto. Horas más tarde, cuando los verdugos se habían ido, huyó de aquel lugar llevándose consigo al único compañero herido que no había fallecido. Una traumática historia, aunque con ingredientes de chiste televisivo, que sentaría las bases de su magistral comedia.

Porque la visión de Miguel Gila sobre la Guerra Civil estuvo presente en toda su carrera profesional. Convirtió la exageración en su arma para resarcirse de todas las humillaciones soportadas. Lo hizo reduciendo la contienda al mayor de los absurdos a través de un humor surrealista, conciso y demoledor. El gran público se reía con las historias de Gila porque se veía reflejado, indiferentemente de la trinchera a la que perteneciera.

El propio Miguel Gila explicó en sus memorias, Y entonces nací yo (Temas de Hoy), como "desde muy niño" el humor siempre fue fundamental en su existencia, incluso para luchar por sus creencias ideológicas que se asentaron con fuerza “Durante los primeros meses de vivir la guerra con todos sus horrores, después de los continuos bombardeos de Madrid, donde las mujeres aterrorizadas corrían con sus hijos en los brazos a buscar refugio en las estaciones del metro”.

Sus ideales se reafirmarían tras finalizar el conflicto bélico: “Después de las humillaciones que padecí y vi padecer a otros hombres jóvenes como yo en los campos de prisioneros y en las improvisadas cárceles de la dictadura. Porque, aunque algunos traten de negarlo, la posguerra fue muchísimo más cruel que la guerra misma. Si durante la guerra hubo muchas venganzas personales, la posguerra la superó con creces en ese tipo de ajuste de cuentas”, afirmaba el cómico en 1995.

En definitiva, el humor de Miguel Gila era mucho más que humor. Era una forma de entender la vida. Una honestidad irónica e inteligente que se describe a la perfección en su monólogo La Guerra. Porque como él mismo dijo: "Lo malo de la Guerra Civil es que no sabes si el enemigo es el otro o eres tú". Que ustedes lo maten bien:

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