Los grandes sueldos de la televisión pública: certezas y misterios

El nuevo director general de Radio Televisión de Castilla-La Mancha, Nacho Villa, denunció la pasada semana los desorbitados sueldos que había estado pagando esta cadena autonómica: honorarios de hasta 22.000 euros mensuales, a los que se añadían contratos de exclusividad por valor de 6.000 euros, como el que cobraba la comunicadora Teresa Viejo por su programa Cerca de ti. No es la primera vez que se desvelan sueldos de televisiones públicas en cambios de Gobierno.

A nivel nacional, con la llegada del PP a la Moncloa en 1996, Francisco Álvarez Cascos hizo público el salario del que fue uno de los rostros más populares de los informativos de Televisión Española. Se trataba de Ramón Pellicer, que cobraba 42 millones de pesetas al año por dirigir y presentar la segunda edición del Telediario a las nueve de la noche.

Así, Álvarez Cascos justificó en el Congreso el jornal del nuevo director de informativos de TVE de aquella época, Ernesto Sáenz de Buruaga, que cobraba 35 millones de pesetas al año, sueldo que triplicaba el de la que fue anterior responsable de esta área, María Antonia Iglesias. Pero cierto es que Buruaga, además de dirigir, también presentaba. Y, además, este periodista realizó una profunda renovación de los servicios informativos y capitaneó el lanzamiento del Canal 24 horas, por lo que, para Álvarez Cascos, “se estaban ahorrando costes”.

No obstante, cuando TVE se financiaba con publicidad, el engranaje de la primera cadena funcionaba como el de una televisión comercial. Que no se nos olvide, La 1 era una televisión comercial, ya que buscaba el liderazgo de audiencias y la inversión realizada en grandes contratos a estrellas era muy rentable: traía montantes de beneficios. De esta forma, era lucrativo contratar a famosos para programas como ¡Mira quién baila!. Allí Ortega Cano facturó en torno a 40.000 euros semanales; Ana Obregón, 30.000 euros por programa; o Terelu Campos, 18.000 a la semana, según la revista Tiempo. Emolumentos que a TVE le compensaba con creces porque el éxito del show llenaba las arcas. Y el déficit del ENTE no venía de ahí, llegaba de otras obligaciones de la cadena estatal (grandes retransmisiones institucionales, programas de servicio público…) que no eran rentables con los ingresos publicitarios.

Pero todo ha cambiado con la supresión de la publicidad de TVE. La 1 sigue queriendo ser líder pero ya no tiene los ingresos de antaño. Ahora, los presupuestos ajustados de Televisión Española hacen difícil encargar un gran concurso o un talent show a una productora. Y los grandes rostros de la cadena se han tenido que apretar el cinturón o, lo que es lo mismo, reducir sus cachés para continuar en la corporación.

Sólo se mantienen las series de éxito que aún nadie se ha atrevido a tocar. A pesar de que Telecinco tiene la vista puesta en ellas. Pero, ¿cuánto tiempo podrá aguantar TVE produciendo grandes series con sus actuales ingresos del Estado y de la tasa que abonan las cadenas privadas? Por ejemplo, Águila Roja cuesta alrededor de 700.000 euros por capítulo, un presupuesto similar al de Cuéntame cómo pasó. Una inversión que tenía sentido con publicidad pero que algunos sostienen que no cabe en el interés general de una emisora pública.

Ya lo dijo Imanol Arias: "No sé muy bien cómo podría trabajar en una tele sin anuncios. Mi impresión es que el día que falte la publicidad, dejo la tele. ¿En concepto de qué se me pagaría? Una tele, aun sin anuncios, tiene que aspirar a ser líder, porque yo cobro por la audiencia, por los ingresos", sentenció el actor. Por suerte, no cumplió su amenaza porque nadie aún ha puesto en entredicho su merecido sueldo. Con el cambio de Gobierno, ¿empezarán a salir a la luz los gastos de los últimos años de TVE? Lo veremos.