OPINION

El problema de TVE: funciona igual que cuando tenía publicidad

TVE RECORTE
TVE RECORTE

5.000 euros por uva cobraron Anne Igartiburu y José Mota durante la emisión de las campanadas. En total, cada uno ganó 30.000 euros en sólo veinte minutos de directo. Ayer lo denunció el sindicato USO de RTVE: "Lo que no es justo es que se nos pidan un esfuerzo en horas y en salario cuando, por otro lado, se pagan por dar las uvas 60.000 euros”.

Unos cachés que van en consonancia con los sueldos habituales del sector, unos sueldos competitivos para retener a estrellas populares y seguir liderando en audiencia. Pero sin publicidad, ¿tienen sentido este tipo de inversiones millonarias?

El sindicato USO ha sido muy crítico con la gestión de la televisión pública en los últimos años, denuncian que se han externalizado servicios que se podían producir con personal de la casa (la utilización media de recursos propios en 2009 no ha llegó al 36 por ciento, según la auditoría de la corporación de ese año). Las empresas más beneficiadas de este tipo de decisiones han sido Mediapro y su compañía hermana Overon que, para USO, “han venido costando 30,1 millones aproximadamente cada año que han estado prestando servicios en CRTVE”.

Para el sindicato tampoco se salvan “Águila Roja que ha emitido 15 capítulos en 2011 con un coste aproximado de 15 millones de euros, Moto GP ha supuesto 42 millones y la Champions 35 millones". Además, USO critica que "para tomar estas decisiones se contrató a personal de la calle, con escasa preparación que lo único que hizo fue engordar sus bolsillos con una alta retribución. A fecha de hoy quedan 62 directivos que siguen con la misma tónica y que ya han comprometido el 80% del presupuesto de 2012”, sentencian los miembros del sindicato.

Esta situación no es sostenible. Sin publicidad y con el tijeretazo de 200 millones de euros en el presupuesto de RTVE para este año, anunciado por el Gobierno, el Consejo de Administración de RTVE ha decidido, en una reunión celebrada ayer, el recorte de sueldos de las estrellas de la cadena pública y la disminución del elevado número de directivos.

También los consejeros de RTVE han decidido intentar vender derechos deportivos y cinematográficos. Será complicado ya que ninguna cadena ve rentabilidad real en emitir, por ejemplo, los Juegos Olímpicos de Londres, que supondrán un esfuerzo de más de 70 millones de euros para Televisión Española.

Aunque el gran problema, que ha provocado esta crisis interna, es que RTVE sin anunciantes ha seguido funcionando como una televisión comercial en toda regla que, además, tiene que invertir en programas minoritarios de servicio público. Así es difícil que cuadren las cuentas.

Sin embargo, no financiarse a través de la publicidad no tiene que ser necesariamente sinónimo de televisión minoritaria, el viejo ENTE debería aprovechar esta circunstancia  para apostar de forma más contundente por una programación que arriesga sin estar obsesionada con las audiencias, gastando menos en costosas producciones externas, explorando las facilidades de las nuevas tecnologías y, sobre todo, buscando talento sin intermediarios. Porque las ideas no son tan caras.

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