OPINION

El sexo como motor televisivo

MAXI-IGLESIAS-SIN-CAMISETA-TOLEDO
MAXI-IGLESIAS-SIN-CAMISETA-TOLEDO

Spartacus, Hung, Los Tudor, Californication, American Horror Story… Estas producciones americanas, entre otras tantas, tienen en común su aureola de prestigio, su repercusión internacional, sus talentosos repartos y, también, su utilización del sexo y los desnudos como recurso habitual para enganchar a la audiencia. Porque es un hecho: el sexo atrae a las masas y, por supuesto, ayuda a vender mejor y más rápidamente un producto audiovisual.

En España no íbamos a ser menos. Y las ficciones patrias también tiran de la lujuria carnal, cada vez más. Las series de Globomedia abrieron la veda instalando sus duchas mixtas y consiguiendo que sus jóvenes y lozanos actores pasen más tiempo sin camiseta que con ella. Pero, últimamente, la tendencia va más allá de un torso aquí o una nalga acá.

Series como Tierra de lobos o ahora Toledo y La Fuga han convertido el sexo en ingrediente imprescindible, con desnudos casi integrales de miembros y miembras de su reparto y un buen puñado de secuencias subidas de tono por capítulo. No falla. Y estos momentos siempre son grabados con todo tipo de recursos horteras: cámaras lentas, sábanas colocadas de modo imposible, melenas al viento, cuerpos aceitosos…

En las últimas semanas, especialmente llamativo es el caso de Toledo, que comenzó, casi desde el minuto uno, despelotando a dos de sus chicas (Paula Rego y Paula Cancio)  de la forma más burda y gratuita. Para más inri, Antena 3 se encarga inmediatamente de destacar en su web estas secuencias de desnudo, para que puedas verlas aisladamente, sin necesidad de tragarte el capítulo entero.

¿Funcionarían estas series sin tanto torso aceitoso y tanto pecho suelto? ¿Se mueve la audiencia únicamente por sus ansias de ver carne? ¿No es mejor insinuar que mostrar todas las cartas desde  el primer capítulo? ¿Si Verano azul se grabara hoy en día, cuántas veces les veríamos los pechos a Bea y Desi?

Los guionistas americanos conocen la importancia del sexo como motor televisivo, pero saben jugarlo mejor. Allí el desnudo suele estar más justificado o, al menos, mejor arropado por una historia sustanciosa que llega más lejos en intenciones narrativas. En cambio, en España, y en Toledo en concreto, a veces cuesta encontrar lo interesante bajo el desnudo que se usa, casi a la desesperada, para que el espectador se enganche y no se duerma de aburrimiento.

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