OPINION

¿Tiene razón Rosa María Calaf en su crítica a Sara Carbonero?

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Rosa María Calaf es una de nuestras periodistas con nombre propio. Su personalidad abrumadora y sus 37 años de mirada honestamente crítica avalan a la mítica corresponsal de TVE, que siempre buscó la noticia sin miedo, con perseverancia y explicándola con una claridad mayúscula.

Tras ser prejubilada del Ente en 2009, Calaf colabora, desde octubre, con Inés Ballester en el programa Te damos la mañana de 13TV. Pero esta semana la periodista ha saltado a la palestra mediática debido a unas declaraciones en Vanity Fair donde arremete contra el periodismo actual en general y la figura de Sara Carbonero en particular.

La ex corresponsal cree que el periodismo de hoy es "absolutamente mercenario, sectario, al servicio de unos intereses que serán todo lo legales que queramos pero que son muy poco legítimos". Pero no se queda sólo ahí y personaliza con dureza en la figura de la periodista de Telecinco: "Sara Carbonero hace un flaco favor a la mujer y al periodismo, pues frivoliza la imagen de la mujer y contribuye a que la apariencia sea más importante que el contenido".

"Ella no tendrá esa intención, seguramente, y yo no tengo nada en contra de ella, pero creo que para eso es mejor dedicarse al espectáculo o a hacer mamarrachadas en la tele que a la información", añade Calaf, que, aunque no lo parezca, dice no tener nada en contra del rostro de Telecinco.

No es la primera vez que Rosa María Calaf reflexiona sobre la figura de la mujer en los medios de comunicación. Ya lo hizo en su discurso, frente a los Príncipes de Asturias, en el acto de presentación de los Tesoros Vivos de la Academia de la Televisión.

Pero, ¿realmente se está frivolizando la imagen de la mujer ahora más que antes en televisión? No nos engañemos. La mujer atractiva como cebo televisivo está en el ADN catódico desde que empezaron las emisiones de TVE en el Paseo de la Habana. Los informativos de nuestras cadenas están plagados de mujeres periodistas que han superado el prejuicio de la belleza para demostrar lo que valen. También en el caso de los hombres, donde ahora más que nunca se busca su atractivo y si se machachan en el gimnasio, mejor que mejor.

Además, al final, Sara Carbonero sólo hace información de deportes. Y es indudable, aunque sea políticamente incorrecto decirlo, que su guapura le ha abierto las puertas y ahora, también, su relación con Iker Casillas. La presentadora ha aprovechado esta oportunidad, logrando una fulgúrate carrera pero demostrando que no quiere centrarse en el trabajo estrictamente periodístico: ya es una chica-anuncio de marcas relacionadas con el aspecto corporal.

En televisión la belleza, la fotogenia y la personalidad propia y diferenciada siempre es importante, en mujeres y hombres. Probablemente, por eso, Rosa María Calaf decidió también teñirse el pelo de colores o plantarse un mechón plateado en la frente. Pero, aunque la buena presencia es valiosa, la televisión a medio plazo se queda con la gente que transmite más allá de una cara bonita sin carisma. La belleza es para un rato, el talento es para el resto de nuestras vidas.

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