OPINION

La Sexta, ¿seis años viviendo por encima de sus posibilidades?

CUMPLEAÑOS DE LA SEXTA JORDI EVOLE
CUMPLEAÑOS DE LA SEXTA JORDI EVOLE

La Sexta celebró ayer su cumpleaños. Lo hizo sin grandes fiestas, hay que ahorrar, aunque llenando sus platós de confeti, globos y bolas de colores. Ya han pasado seis años desde que Emilio Aragón inauguró las emisiones de este canal, dando saltos, mientras anunciaba que tenían el Mundial de Fútbol. Una estrategia para lograr que la población se "antenizara" y, todavía en soporte analógico, la cadena llegara a la mayoría de hogares posibles gracias al deporte nacional.

Porque, aunque resulte extraño, La Sexta nació como emisora analógica en un momento en el que ya estábamos inmersos en la era digital. Una apuesta que no tenía mucho sentido en los tiempos que corrían, pero que, como maniobra empresarial, era necesaria para no caer en el limbo de la TDT. Así sucedió con las licencias otorgadas por el gobierno de José María Aznar a VEO (Unidad Editorial, El Mundo) y NET TV (Vocento), ambas cadenas pasaron sin pena, ni gloria y terminaron convirtiéndose en postes alquilados a temáticas como Discovery Max, MTV y, a partir de la próxima semana, también se unirá Paramount que ocupa el hueco que dejó La 10 (NET TV).

Pero el lanzamiento estratégico del flamante canal como televisión generalista y en igualdad de condiciones que TVE, Antena 3, Cuatro y Telecinco ha salido finalmente rana a La Sexta.

LA HIPOTECA DEL DEPORTE

El excesivo endeudamiento de la emisora en grandes acontecimientos deportivos, que no fidelizaban audiencia al resto de sus franjas horarias pero que sí empeñaban las cuentas de la emisora, ha dejado al canal de Mediapro en una situación que casi sólo tenía dos salidas de emergencia a largo plazo: el cierre o la absorción por parte de Antena 3 para volver al oligopolio de la televisión en abierto.

Y así ha sido. Ahora, en pleno proceso de integración con el Grupo Antena 3, La Sexta ha celebrado su sexto año sumida en una pérdida de rumbo considerable: con una parrilla sin pilares sólidos que vertebren la programación, con poco margen de maniobra para construir primes times sólidos y sin ningún formato con interés social relevante más allá de Salvados, la gran revelación de Jordi Évole. Este último ha sido la aportación genuina de La Sexta al panorama televisivo: programas de telerealidad documental que, con poca inversión, han hecho toneladas de contenidos a fuerza de creatividad, periodismo, guiones, talento y, también, audiencias minoritarias.

LA PUNTERÍA CON EL HUMOR Y LAS SERIES EXTRANJERAS

La Sexta ha querido ser la cadena divertida y crítica. El gran éxito de su historia es Sé lo que hicisteis, el programa que, curiosamente, catapultó a la fama al consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile, y que desmontó las artimañas amarillas de la cadena de Mediaset. El "show" de Patricia Conde marcó un antes y un después en la forma de ironizar sobre la competencia pero, también, sobre sí mismo.

El otro estandarte de estos seis años en La Sexta ha sido El Intermedio de El Gran Wyoming, el informativo satírico, que arrancó siendo semanal, ha demostrado tener unos guionistas que logran el triple salto mortal de ser corrosivos a diario, de lunes a jueves, aunque el programa empieza a sufrir síntomas de desgaste.

La otra arista del canal verde ha sido su apuesta por las series internacionales (desde Prison Break, The Walking Dead, Bones…) también lo intentó sin resultados llamativos con las nacionales (SMS, Mesa para cinco, BuenAgente...).

UN FUTURO TEMATIZADO

En el espectro temático La Sexta nos deja La Sexta 3 Todo Cine. Toda un acierto. Pero La Sexta principal sigue perdiendo identidad porque el espectador percibe una falta de inversión en nuevos programas, mientras Cuatro sigue ganado posiciones en audiencia. No obstante, esto cambiará cuando Antena 3 tome posesión de la tele verde. Será pronto. Entonces, La Sexta ya no es La Sexta que conocimos en estos seis años, intenta madurar, ha dejado de soñar en las ínfulas deportivas y quiere ser más fuerte. Eso sí, en todo este tiempo, ha construido su mejor tarjeta de presentación: su diferenciado sello críticamente cómico. Ahí tiene pocos rivales. ¿Conseguirá Antena 3 mantener la esencia del canal presidido por Emilio Aragón?

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