OPINION

Mediaset y Antena 3 reducen sus beneficios a más de la mitad. ¿En qué lo nota el espectador?

TELECINCO ANTENA 3 SEDES
TELECINCO ANTENA 3 SEDES

La pérdida de inversión publicitaria es latente en los dos grandes grupos televisivos de nuestro país. Mediaset ha cerrado el curso ingresando 37,6 millones de euros, un 53,8 por ciento menos que en 2011. Mientras, el grupo Antena 3 ha ganado, en el primer semestre de 2012, 17.9 millones de euros, un 66,8 por ciento menos que hace un año, según informaron hoy ambas cadenas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En los primeros seis meses del año, el importe neto de negocios de Mediaset logró los 465,9 millones de euros, un 11,9 por ciento menos que en el año pasado, y su beneficio de explotación se situó en 32,02 millones de euros, cifra tres veces inferior a la misma del periodo de 2011.

Por su parte, en el mismo periodo de tiempo, Antena 3 alcanzó unos ingresos netos de 384,6 millones de euros, un 8,6 por ciento menos que en el primer semestre del año anterior. Además, en entre estas fechas, los beneficios de explotación se situaron en los 34 millones de euros, un 56,3 por ciento menos.

PERO, ¿EN QUÉ SE TRADUCEN ESTOS FARRAGOSOS DATOS EN EL CONSUMO TELEVISIVO DEL ESPECTADOR?

Mediaset y Antena 3 para mantener su rentabilidad en plana crisis han cambiado su estrategia de negocio a nivel de inversión en contenidos. El espectador cada vez nota más la desinversión públicitaria, que deja de ser un ente abstracto para marcar la programación de las grandes cadenas.

En este año, Telecinco ha dejado de producir programas de colosal éxito de audiencias, pero, también, muy costosos de producir, como Supervientes. Y, desde la cadena líder, se ha interesado por formatos más cercanos al low cost, con un rendimiento solvente en números de espectadores y que son más flexibles a la hora de alargar su tiempo de duración sin un incremento importante de gasto.

De esta forma, la televisión actual es el habitat natural perfecto para magacines, docushows, grandes debates o realitys sin grandes alardes y en espacios más controlados, como sucede con Gran Hermano. Por estos motivos, la última edición de GH ha sido la más larga. No había otro contenedor de telerealidad para coger el testigo: era más barato estirar la fórmula con unos concursantes con cachés bajos. Porque, también, los cachés en televisión están devaluándose.

Otro género que está notando la floja inversión publicitaria son las series, que siguen siendo un producto mimado de las cadenas, pero ajustando presupuestos al máximo. En la última temporada, Antena 3 ha sido más camicace en la apuesta por la ficción. Tiene un larga cartera de producciones que no son precisamente de bajo coste. Ha arriesgado, quizá demasiado. Y, por eso, está esperando a jugarse las cartas en un momento mejor. La gran mayoría de estas series buscan su fecha de estreno a partir del próximo mes de septiembre.

Haciendo cola para ver la luz están las miniseries El corazón del océano y El tiempo entre costuras, la comedia Fenómenos, el estreno de Imperium, la nueva temporada de El barco (con Mario Casas con menos ropa también para ahorrar), los nuevos capítulos de Con el culo al aire, el regreso de Gran Hotel o la renovación por ocho episodios más de Luna, entre otras, son el valor añadido del riesgo de Antena 3.

En cambio, aunque antes era una factoría colosal de series, Telecinco también está siendo más austera con la ficción. Ahora rueda Familia, con Alexandra Jiménez, y la consolidada Tierra de Lobos. También prepara el regreso de La que se avecina (emiten reposiciones los lunes en prime time) y, en los próximos días, estrena Frágiles de Isla Producciones.

La desinversión publicitaria, que va intrínsecamente unida a la maltrecha crisis, nos regala una televisión más pobre, sobria y parca. Una televisión que deberá agudizar el ingenio y que, de momento, nos deja un gran damnificado: el verano, sin una programación renovada, diferente y refrescante, como era costumbre en otros tiempos: para desengrasar la rutina diaria de la parrilla, para proteger a algunos rostros de posibles sobreexposiciones mediáticas y para servir de campo de pruebas de programas con la vista puesta en la nueva temporada.

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