OPINION

Lo mejor y lo peor de la clausura de Londres 2012: ¿Los comentaristas, los Monty Python o las Spice Girls?

SPICE GIRLS LONDRES 2012
SPICE GIRLS LONDRES 2012
LONDON, ENGLAND - AUGUST 12: Victoria Beckham, Geri Halliwell, Emma Bunton, Melanie Chisholm and Melanie Brown of The Spice Girls perform during the Closing Ceremony on Day 16 of the London 2012 Olympic Games at Olympic Stadium on August 12, 2012 in Lond

El punto de partida de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 fue inteligente. Los organizadores debieron pensar: “dejémonos de tonterías visuales y hagamos un macroconcierto espectacular con (casi) todos nuestros mitos de la música. ¿Qué hay más internacional que nuestros hits musicales?

Pero la gran idea sólo se quedó en eso: una idea. Porque la ejecución fue bastante aburrida, larga (duró tres horas que parecieron cinco) y difícil de seguir por televisión sin caer en un profundo sueño. Podían haber perpetrado un Eurovisión de éxitos británicos, pero se quedaron en un acto egocéntrico fácilmente olvidable.

Repasamos siete claves de la retransmisión televisiva de la ceremonia olímpica que enterró a Londres 2012.

UNO. Apagando el pebetero, por tercera vez.

El pebetero se apagó. Lo hizó con una puesta en escena potente, al ir abriéndose la estructura de metal, poco a poco, hasta que sus pétalos quedaron consumidos en el suelo. Eso sí, en los últimos quince días, el fuego olímpico ha sido extinguido en tres ocasiones diferentes. El motivo: poder trasladar al pebetero de ubicación en el estadio. Un error que ha amputado parte de la magia del gran símbolo de los juegos. Parecía una estufa portatil.

DOS. "Always Look on the Bright Side of Life"

La emoción y la sonrisa llegaron unidas gracias a los silbidos de "Always Look on the Bright Side of Life". El hombre cohete de los Monty Python, como así le llaman los ingleses a Chachi Valencia, puso el obligado (y acertado) humor inglés al sarao y resucitó el interés por una ceremonia que empezaba a ser soporífera. Fue uno de los mejores momentos de la noche. Y es que todo el estadio cantó este himno tan característico como inolvidable.

TRES. En coches separados, mejor.

La audiencia aguantó la ceremonia esperando la aparición de las Spice Girls. Y no defraudaron. Las cinco británicas aparecieron en taxis típicos londinenses. Como no podía ser de otra manera, cada una iba montada en vehículos diferentes. Nada de compartir taxi para ahorrar. Ya se sabe: mejor en coches separados… que juntas y revueltas. La actuación fue espectacular gracias a la puesta en escena que supo impresionar más que sus voces, por suerte.

CUATRO. La realización que llega a tiempo.

Una vez más, el realizador español José Ramón Díez logró transformar el caos en virtud. Complicadísimo es llegar a tiempo a todos los puntos en los que suceden cosas en el estadio. Y él lo consigue sin que se note, transformando el guion de la gala en una coreografía de imágenes que miman el plano. Además, fue muy acertado insertar en la retransmisión  pregrabados con las vivencias más emocionantes de los deportistas en Londres 2012. Ellos son los protagonistas de los juegos. Aunque en las ceremonias olímpicas a veces se nos olvida. Estos videos recopilatorios fueron un impulso de calidez cercana en una clausura eminentemente fría.

CINCO. Comentarios, los justos.

Las redes sociales se cebaron con los comentaristas de la ceremonia. No obstante, ellos tenían que hacer su trabajo y no dejar sin voz una gala que pedía a gritos información adicional. Aunque, quizá, sí se equivocaron al estar obsesionados con hablar de datos técnicos. Repitieron demasiadas veces el funcionamiento de las leds, lucecillas instaladas en las gradas del estadio, y pisaron con sus reflexiones a algunos grandes artistas que ya estaban cantando. Y la gente quería escuchar la música. ¿Qué pasaría si un presentador de Radio 3 comentara la gimnasia rítmica? Probablemente lo mismo de anoche. Vimos un desconocimiento importante de cómo se debe narrar un espectáculo. Porque un show no se comenta de la misma manera que un deporte. De ahí la rabia-no-contenida de la red social.

SEIS. El sonido lejano.

A pesar de ser una ceremonia eminentemente musical, la retransmisión de La 1 de TVE se escuchó como si estuviéramos pegando la oreja desde fuera del estadio olímpico. El sonido directo era lejano y la fuerza musical de los míticos artistas perdía fuelle.

SIETE. Inglaterra, por bandera.

Impresionante fue la reproducción de edificios emblemáticos de Londres en el centro del estadio. Un decorado que dio paso a una estructura que dibujaba la bandera del Reino Unido en el suelo. De hecho, los propios deportistas, de todos los países, fueron colocados de tal manera que formaban las cruces de la enseña con los huecos que dejaban libres sus cuerpos. Esta imagen resume el narcisismo de una ceremonia autopromocional que también se puede sintetizar con una foto-tuenti que regalaron las propias Spice Girls al terminar el acontecimiento. Ellas serán siempre Spice:

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