OPINION

¿Por qué ha tardado dos años Antena 3 en estrenar la secuela ya rodada de 'Curso del 63'?

CURSO DEL 73
CURSO DEL 73

Curso del 63 fue un reality que arrasó en Antena 3, convirtiéndose en uno de los programas revelación de 2009. La audiencia quedó impactada al ver a unos conflictivos alumnos del siglo XXI internados en una severa escuela de otra época.

Tanto fue el éxito que rápidamente Antena 3 rodó una secuela: Curso del 73. Han pasado dos años de la grabación y ahora, por fin, sale a la luz este programa. Pero la cita será esta noche en Neox y no en Antena 3, como sucedió con Curso del 63.

¿Qué ha llevado a la dirección de Antena 3 a retrasar tanto el estreno? ¿Por qué se emite en Neox y no en su canal principal donde tan buenos resultados de audiencia obtuvo? Parece que la segunda parte del reality no ha logrado alcanzar los puntos fuertes televisivos que sí acarició el Curso del 63. Analizamos estos seis pilares del éxito del formato: 

PUNTOS FUERTES DE 'CURSO DEL 63'

UNO. ESPONTANEIDAD.

El cásting de la primera etapa fue una mina. Los responsables del Curso de 63 dieron en el clavo: porque los alumnos transmitían realidad, arrojo, tenían adictivas reacciones contradictorias y, sobre todo, sabían dejarse llevar por el juego. Su ingenuidad televisiva era la clave. Y es que, al ser la primera edición, los participantes no estaban resabiados. Eran novatos. Eran genuinos. La nueva hornada que ha participado en la secuela ya conocía el formato y quizá esto le ha podido restar algo de frescura a Curso del 73.

DOS. EVOCACIÓN.

El público conecta con la época. El espacio conseguía trasladarnos a los sesenta. Incluso los platos del comedor eran sacados de aquellos "maravillosos" años. Ya se sabe: los españolitos somos unos nostálgicos incansables. ¿Esta manipuladora nostalgia también estará en la nueva etapa?

TRES. REALIDAD.

Curso del 63 logró sumergirnos en la vida de los alumnos sin aspavientos. Esto no es fácil: en los años anteriores al estreno de este programa, la mayoría de los espacios de telerealidad pregrabados, como éste, no conseguían ser muy creíbles. Al final, sin el nervio del directo, a muchos espectadores les daba la sensación de que todo estaba manipulado, ensayado y guionizado. En Curso del 63 esta percepción no existió. Además, fue un gran acierto grabar en localizaciones reales. Rodar en un decorado resta credibilidad en un show de estas características.

CUATRO. CONCISIÓN.

Curso del 63 no era eterno, duraba lo justo. No daba rodeos y no estaban obsesionados en alargar el programa hasta la madrugada como otros realities. Asimismo, otra ventaja fue que la cronología de los hechos se iba desordenando a favor del show. De esta forma, el montaje no deja escapar al telespectador gracias a una escaleta imprevisible.

CINCO. TEMPERAMENTO.

Los profesores recordaban a veteranos actores de teatro engolando la voz. En Curso del 63, los maestros estaban sobreactuados y eso daba un divertido morbo extra a la escuela. También, sus castigos tenían un punto malicioso que se transformaba en disparatado para la audiencia. Nada dejaba indiferente a nadie... y, claro, se producían encendidos debates en casa o en la red.

SEIS.NO-NOMINACIONES. 

En este reality se olvidaron desde el principio de las expulsiones, elementro dramático del que el espectador empieza a estar inmune. En Curso del 63, la requetevista "nominación" desapareció para centrarse en lo más importante: la historia.

¿Cuál de estos 'puntos fuertes' ha fallado para que Antena 3 haya tardado tanto tiempo en estrenar esta secuela del exitoso Curso del 63? Los alumnos ya habrán hecho la mili y todo...

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