Tras su cese de Los Desayunos de TVE, Ana Pastor volvió a pisar anoche un estudio de televisión en directo. Fue el plató de El Hormiguero. En el programa de Pablo Motos, se tocaron numerosos temas: la inesperada dimisión de Esperanza Aguirre, su cese de Televisión Española, la situación actual del periodismo, su flamante fichaje por la CNN e, incluso, terminaron jugando con unas gallinas. Y es que el show de Trancas y Barrancas siempre da para mucho.
Una noche televisiva en la que la ya ex presentadora de TVE confesó que le había sorprendido la noticia de la dimisión de Esperanza Aguirre, una política que le gusta porque "es lo que parece". Además, Pablo Motos, que alabó su periodismo crítico, también sacó a la palestra su popular entrevista a Mahmud Ahmadineyad, líder al que "molestaron mucho las preguntas sobre la oposición y los homosexuales", señaló la periodista. Por cierto, en ese mismo instante de la charla, Pastor recordó que la CNN llegó a ella gracias este tipo de entrevistas a personalidades internacionales y explicó que la cadena norteamericana quiere "periodistas que hagan preguntas que otros no se atreven". Esa facilidad se la seguirá dando la CNN, igual que se la dio Fran Llorente en TVE, reflexionó ayer la comunicadora en Antena 3.
Respecto a su cese de Los Desayunos de TVE, Ana Pastor comentó que le llamaron para comunicárselo una tarde de un viernes de agosto. Hasta el último minuto confió en que eso no ocurriría. Pero ocurrió. Y, anoche, en El Hormiguero, la periodista dejó muy claro que Julio Somoano no dice toda la verdad cuando afirma que le ofrecieron otro programa: “reflexionaremos juntos sobre tu futuro en los próximos meses”, es lo único que le comentó el nuevo director de los servicios informativos de RTVE.
En definitiva, no le propusieron ningún espacio nocturno concreto como han afirmado desde TVE, a lo que Trancas y Barrancas se preguntaron, entre risas, que si este programa, que querían que presentase, era el Telecupón. Bromas aparte y sin ningún hueco claro en la parrilla de La 1, Ana Pastor admitió a Motos que se fue de Televisión Española porque "cobrar por no hacer nada no va con mi ética, tampoco con la de mucha otra gente de nuestro país".Ana Pastor: "Este país se merece una buena televisión pública"
A pesar de todo, Ana también manifestó sus mejores deseos para la cadena, e hizo una firme defensa de la televisión pública: “Hay mucha gente de la que he aprendido mucho en TVE, y espero que a la tele publica le vaya bien, porque este país se merece una buena televisión publica”. Y recordó la situación actual de muchos periodistas anónimos, que hacen preguntas a diario en ruedas de prensa, y que, cada día, se van muchos de ellos al paro: “Sin periodistas no hay periodismo y sin periodismo no hay democracia”.
Además, la periodista confesó a Motos dos entrevistas complicadas: la de Alfonso Guerra y la de José Bono (que le dijo aquello de: "es usted una Señorita Rotenmeyer"). También desveló que no durmió, de los nervios, la noche antes de entrevistar a José María Aznar. Un Aznar que fue simpático "antes, durante y después del programa".
Y, al final, hubo tiempo para jugar con unas gallinas, descubrir "lo más cuqui" de Anna Simon y participar con los experimentos de Marron. Y, una vez más, Ana se mojó. Fue cercana y demostró que, además de periodista de primera línea, es una profesional con un instinto televisivo encomiable, que se mimetiza a la perfección con el programa que toca, sea un matinal, El Hormiguero o El intermedio, donde realizó un cameo la semana pasada. No obstante, en nuestro país hay bastantes profesionales del medio que no acuden a este tipo de formatos fusionadores de entretenimiento, espectáculo y entrevistas por miedo a perder su credibilidad o caer en el ridículo. Pero, anoche, Ana Pastor y Pablo Motos lograron que la profesionalidad, la empatía y la televisión estuvieran por encima de prejuicios para olvidar.
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